1 de agosto de 2012

Cantando bajo la ducha.

"Un pájaro no canta porque tenga una respuesta. Canta porque tiene una canción."
(Proverbio chino)


Hace unos días, durante unas de esas noches en que uno intenta mantener la consciencia para no acabar cayendo en los brazos del tenaz Morfeo y con el amanecer  aún por las antípodas, recurrí como último recurso a uno de esos programas nocturnos de radio que no pasarán a la historia precisamente por la impronta cultural que dejan en sus oyentes, pero que, con un poco de suerte, quizá me sirviera para concentrar mi volátil atención. ¡Y vaya que sí me sirvió!
Sus dos dicharacheros locutores -ahora de merecidas vacaciones- defendiendo opiniones contrarias (ya sabéis: poli bueno, poli malo), sobre la imposibilidad o no de cantar en la ducha, cuestionaban a los llamantes sobre su canción favorita para tal menester. Naturalmente hubo respuestas para todos los gustos. Y disgustos. Personalmente me quedé con la de dos oyentes que afirmaban categóricamente que era imposible cantar en la ducha.
 
Ante la imposibilidad de llamar y rebatir tan absurda afirmación en ese momento, me he decidido hacerlo aquí, pues para un servidor, al igual que la españolísima siesta, el cantar bajo una refrescante ducha, no es tema baladí, es tradición.
 
Y no es que uno se considere precisamente un Caruso, pero ésto no es impedimento alguno para exclamar a los cuatro vientos -eso sí, en voz baja, por respeto al vecindario- la inexplicable, por rara, alegría que le inunda tras el merecido descanso.
Atrás quedaron aquellos tiempos en que uno tenía que contentarse con destrozar los más conocidos temas de cantantes hispanohablantes, a falta de conocimientos lingüisticos foráneos, pero hoy en día gracias a la internet... ¡qué diferencia! ¿Y qué me decís de la inmejorable acústica de los baños de hoy en día,  cuyas alicatadas paredes convierten en sonoros trinos de oro los tímidos gorgojeos de un temprano despertar.
Os muestro a continuación un divertido vídeo compartido en la red -a cuyo autor le agradezco el detalle de haberlo subtitulado-, con el último tema que me he atrevido a sumar a mi, ya extensa, lista de éxitos sub-acuáticos. La primera vez que lo escuché fue un pequeño fragmento en una desternillante escena protagonizada por ese gran (en todos los sentidos) actor inglés llamado Richard Griffiths, en la película Tess y su guardaespaldas (Guarding Tess, de 1994), con Nicolas Cage y una memorable Shirley Mc. Laine como principales protagonistas. Una pequeña escena, corta, sencilla y aparentemente prescindible, pero que a mí me supo a gloria.
Ah, si no entendéis italiano os diré que en la segunda estrofa no se habla ni del precio de las cosas en los citados países europeos, ni del valor de la prima de riesgo y ni mucho menos de los goles de la reciente Eurocopa; lo mejor es que sigáis la traducción.

Madamina, il catalogo è questo.

Madamina, il catalogo è questo
 Delle belle che amò il padron mio;
 un catalogo egli è che ho fatt'io;
 Osservate, leggete con me:
In Italia seicento e quaranta;
 In Alemagna duecento e trentuna;
 Cento in Francia, in Turchia novantuna;
 Ma in Ispagna son già mille e tre.
V'han fra queste contadine,
 Cameriere, cittadine,
 V'han contesse, baronesse,
 Marchesane, principesse.
 E v'han donne d'ogni grado,
 D'ogni forma, d'ogni età.
Nella bionda egli ha l'usanza
 Di lodar la gentilezza,
 Nella bruna la costanza,
 Nella bianca la dolcezza.
Vuol d'inverno la grassotta,
 Vuol d'estate la magrotta;
 È la grande maestosa,
 La piccina è ognor vezzosa.
Delle vecchie fa conquista
 Pel piacer di porle in lista;
 Sua passion predominante
 È la giovin principiante.
Non si picca – se sia ricca,
 Se sia brutta, se sia bella;
 Purché porti la gonnella,
 Voi sapete quel che fa
Señorita, el catálogo es este
 de las bellas que amó mi patrón;
 un catálogo que yo mismo hice;
 observad, leed conmigo.
En Italia, seiscientas cuarenta;
 En Alemania, doscientas treinta y una;
 Cien en Francia; en Turquía, noventa y una;
 Pero en España son ya mil tres.
Entre éstas hay campesinas,
 camareras, ciudadanas,
 condesas, baronesas,
 marquesas, princesas,
 y hay mujeres de toda condición,
 de toda forma, de toda edad.
De las rubias, él tiene costumbre
 de halagar la gentileza;
 de las morenas, la constancia;
 de las pálidas, la dulzura.
 Quiere para el invierno a la gordita,
 quiere para el verano a la flaquita;
 es la corpulenta majestuosa.
 la pequeña es más graciosa.
A las viejas las conquista
 por el placer de ponerlas en la lista;
 su pasión predominante
 es la joven principiante.
No le importa que sea rica,
 que sea fea, que sea bella;
 mientras lleve una falda,
 vos sabéis lo que hará.
Popular Aria del catálogo compuesto  por Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart, que tal era el nombre completo del célebre compositor austriaco, e interpretada magistralmente por el bajo italiano Ferruccio Furlanetto.
Forma parte de la ópera bufa 'Don Giovanni', basada en el mito de Don Juan, y se dice que terminada por Mozart el mismo día de su estreno, el 29 de octubre de 1787 en Praga, con libreto de Lorenzo Da Ponte y un grandioso éxito de crítica y público. En este divertido aria se escenifica como Leporello, sirviente de Don Giovanni, le muestra a Doña Elvira, dama burgalesa pretendida -y engañada- por el famoso libertino, un cuaderno con las numerosas amantes que éste ha seducido y burlado por media Europa, intentando hacerle ver que su amo, en realidad, no merece la pena.



Bueno, pues eso es todo por hoy. Y hacedlo, ya sea en la ducha, en la bañera, en un tonel, bajo una cascada o en un charco, ¡cantad! Y demostradle al mundo que es posible.

Y hacedlo con frecuencia, que no duele, haced como yo, dos o tres veces al año ¡aunque no haga falta!

¡Venga, con un par!

O no.




        


2 comentarios:

  1. Jejeje q lanzado, bueno yo cantaré cuando nadie me oiga o mejor con la música a todo trapo xD

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    1. Jajajá, vamos, hacer lo que viene siendo un 'Milli-Vanilli...
      Así no valeeeee...
      Un saludo, gracias por el comentario :)

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