"Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros".
Groucho Marx, actor, humorista y escritor estadounidense.
-¿Brey?
-¡Brey!, don Mariano Rajoy Brey; ¿a que ahora ya lo vamos viendo más claro?
-¿Cincuenta?
-Bueno, cincuenta, cincuentaaaa..., ahí si debo admitir que me he quedado corto; en fin, todo sea por ligarlo tan magistralmente con el título.
-Pues recurrir a un apellido de segunda (línea) y a un cincuenta que ni lo es, no lo encontramos nosotros tan magistral, oiga, más bien nos parece un pelín forzado.
-Tranquilos, aún me guardo una bala en la recámara, para después.
Pues sí, ya ve don Mariano, ya le toca a usted; y digo ya porque, al contrario que con su predecesor, ahora ilustre inspector de nubes, con usted ni siquiera voy a esperar a que lleguen las Elecciones Generales, hombre, mírelo por el lado bueno: de aquí a entonces siempre tendrá usted tiempo para la reflexión.
Dentro de una semana se celebran las Elecciones al Parlamento Europeo y quiero que sepa, don Mariano, Sr. Brey, si me permite, que NO CUENTE USTED CON MI VOTO.
Cincuenta sombras, cincuenta razones, y quien dice cincuenta, dice quinientas o cinco mil, vaya usted a saber. De todas ellas -llamémoslas CINCUENTA-, yo sólo le voy a citar UNA, ni siquiera es la que más me afecta, pero le aseguro que es la que más me revuelve los interiores; le hablo Sr. Brey, de la JUSTICIA.

Pues muy mal, Sr. Brey, y 'Roma traditoribus non premiae'; ahora ya da igual, por mucho que se esfuercen en campañas erectorales, -'de bajo coste', dicen- o en vergonzantes debates televisivos con más tongo que en un combate de Pressing Catch, son muchos los que han encontrado otras opciones alternativas, que ahora haberlas, haylas, por mucho que en la mayoría de medios, bien amordazados a golpe de subvención -pública, por supuesto-, se les niegue la existencia. Y la prueba del algodón de que algo bueno deben ofrecer y de que les tienen asustaditos, es la cantidad de energía que gastan ustedes en procurar su desprestigio a base de ninguneos e insultos.
Suerte tienen ustedes de que 'los Otros' estén como estén, aunque, para qué seguir engañándonos si son la misma 'cosa'. Y a esa cosa ya ha tiempo que se le encontró un nombre muy apropiado: LA CASTA POLÍTICA.
Líbrennos algún día las urnas de tan execrable plaga; día que se intuye aún lejano, porque, siendo realistas y conociéndonos, aún tardará, pero ha de llegar, no perdamos la esperanza y soñemos -que de momento es gratis-, soñemos que un bello día veremos elevarse un hilo de humo en el extremo confín del mar.
'Un bel di vedremo'.
Un bel dì, vedremo
Levarsi un fil di fumo
Sull'estremo confin del mare
E poi la nave appare
Poi la nave bianca
Entra nel porto, romba il suo saluto.
Vedi? È venuto!
Io non gli scendo incontro, io no.
Mi metto là sul ciglio del colle
E aspetto gran tempo
E non mi pesa a lunga attesa.
E uscito dalla folla cittadina
Un uomo, un picciol punto
S'avvia per la collina.
Chi sarà? Chi sarà?
E come sarà giunto
Che dirà? Che dirà?
Chiamerà Butterfly dalla lontana
Io senza dar risposta
Me ne starò nascosta
Un po' per celia,
Un po' per non morire
Al primo incontro,
Ed egli al quanto in pena
Chiamerà, chiamerà :
«Piccina - mogliettina Olezzo di verbena»
I nomi che mi dava al suo venire.
Tutto questo avverrà,
te lo prometto
Tienti la tua paura -
Io con sicura fede l'aspetto.
Un bello día veremos
Elevarse un hilo de humo
en el extremo confín del mar.
Y después aparece la nave.
la nave es blanca.
Entra en el puerto, truena su saludo.
¿Ves? ¡Ya ha llegado!
Yo no voy a su encuentro, yo no.
Me ire a la cima de la colina, y esperaré
y espero, mucho tiempo.
Pero la larga espera no me pesa
Y, salido de entre la multitud de la ciudad,
un hombre, un pequeño punto,
sube por la colina.
¿Quién será?, ¿quién será?
Y cuando esté aquí,
¿qué dirá?, ¿qué dirá?
Llamará: - Butterfly- desde la distancia;
yo sin responder.
Estaré escondida.
Un poco por broma,
y un poco, por no morir
nada más por vernos.
Y él, el apenado,
llamará, llamará;
“Mujercita, fragancia de verbena”,
los nombres que solía llamarme, al llegar a mi.
Todo esto sucederá,
te lo prometo.
Ahuyenta tus temores,
¡Yo con segura fe,... Lo espero!

Pero mientras tanto, queridos amigos, lectores, visitantes, etc, animaos y acudid a la llamada de las urnas, es el mejor gesto que entre todos podemos hacer en contra de esa privilegiada y endiosada casta, por mucho que digan que la abstención les asusta, mienten. Id y ejerced vuestro derecho, eligiendo a quienes mejor creáis que os representen, sean de izquierdas, de derechas o de ese centro que parece infinito. O no id; pues también sois libres para eso, y también tenéis vuestro derecho; irreprochable, viendo el panorama y sabiendo que no va a cambiar mucho la cosa, pues, al fin y al cabo, el pueblo español, un poco masoquista sí que es. Y he aquí, por fin, el último nexo de unión que apuntala el magistral uso del título elegido, ¿eh?
Aquí, un servidor piensa ir, haga frío o frío -Burgos es lo que tiene-, y ya, una vez con el deber cumplido, a tomar una cañita con gambita de tapa, mientras sueña en ese bello día para el cual...
-...yo, boté.
¿Qué, una falta de ortografía, decís?
Si es que estáis en todo.
O no.