31 de marzo de 2013

El Mesías, de Wyler.

"Cuando lo encuentre lo reconoceré".
Rey Baltasar de Alejandría. 
(Refiriéndose al Mesías, en Ben-Hur, de William Wyler).




Ya estamos en Pascua, otra vez, hay que ver cómo pasa el tiempo. 
Pues sí, bienvenidos, mis queridos lectores, feliz descanso, feliz Semana Santa o feliz calvario, que de todo ha de haber.
Uno que, por estas fechas, disfruta de unos merecidísimos -y siempre pocos- días de asueto, tiene por costumbre abrir su baúl de los tesoros y, como si de un ritual sagrado se tratara, desempolvar una de sus más preciadas joyas a fin de intentar revivir uno de esos momentos que marcaron su existencia y quedaron grabados a fuego en su selectiva, pero caprichosa memoria. 
Refiérome a la revisión de la que, después de tantos años, aún considero mi película favorita, no sólo por su grandiosidad -en todos los sentidos: espectáculo, formato, presupuesto, metraje, premios, reparto, efectos, música, guión...-, sino, también, por el impacto que causó en aquel joven mozalbete -valga la redundancia- que en una veraniega tarde de ocioso pasear, tuvo la fortuna de fijarse en la enorme multitud -siga valiendo la redundancia- de gente que parecía formar una larga y densa cola hacia algún sitio que no alcanzaba a ver. Afortunadamente pudo más el deseo de satisfacer la curiosidad y llegándose a la cabeza de aquella larga fila, encontróse ante la fachada del muy ovetense Teatro Filarmónica
Aquí tién q'haber algo bueno, dedujo el zagal, tras un rápido ojeo de las fotos y carteles que se exponían en la entrada, y de desechar, por imposible, un rápido cálculo del caudaloso río humano que pronto le iba a preceder. Tantos a la vez no pueden estar equivocados, pensó, y, donde fueres haz lo que vieres, sentenció. Y así con éstas, aún pudo conseguir una de las últimas entradas en la fila 2 y rozando la banda derecha y con más de media hora de película perdida... pero aún así, mereció la pena, tanto que al día siguiente hubo un fila 7, por favor. Lo que siguió a continuación fue, sencillamente, impresionante.
En el año 1959 la Metro Goldwyn Mayer se la jugó, ante una inminente bancarrota, invirtiendo casi 16 millones de dólares de la época en la superproducción de esta película aprovechando que aún poseía los derechos de autor, pues ya en 1925 se había rodado una primera versión dirigida por Fred Niblo (en realidad hubo una anterior, de 1907), con gran éxito de crítica y público, pero con un estrepitoso fracaso financiero dada la elevada inversión realizada. Sí, la Metro se la jugó bien jugada, pero esta vez acertó de lleno, sextuplicando en la taquilla la inversión inicial y consiguiendo doce nominaciones a los Óscar, de los cuales no obtuvo el de mejor guión adaptado, consiguiendo y manteniendo el récord histórico de 11 estatuillas durante 38 años. Titanic, en 1997, y El Señor de los Anillos: el retorno del Rey, en 2003, lograron igualar tal gesta, aunque -y esta es una opinión personal-, el oro de estas últimas lo encuentro como bastante más devaluado; no me lo tengan en cuenta las legiones de fans de ambas películas, por favor.

Lewis Wallace
Basada en el libro homónimo escrito en 1880 por el general Lewis Wallace, narra -y de ahí la comparación del título de este post con El Mesías de Haendel- el Nacimiento, la Pasión y la Muert... ¡uy, casi os desvelo el final! (Menos mal que aún tengo buenos reflejos) de Cristo, con la originalidad de hacerlo en un segundo plano, siendo la historia principal protagonizada por un judío llamado Judá Ben-Hur en una dramática y épica historia de amor, odio, venganza y redención.
Miklós Rózsa
En cuanto a la banda sonora, ésta corrió a cargo de un músico húngaro especializado en el género histórico, Miklós Rózsa, que ya había sido galardonado con el Óscar en otras dos anteriores ocasiones, en 1945 por Recuerda y dos años después por Doble vida. Pero fue con Ben-Hur la película para la que creó su obra más reconocida y, seguramente, la banda sonora más famosa y espectacular de la historia del cine de la que os dejo a continuación una 'remezcla' de sus principales temas, entre ellos la espectacular Marcha romana y, casi al final, la 'dolorosa'  Procesión al Calvario, una perfecta muestra de lo que se conoce como música descriptiva, de la que este soberbio compositor se hizo un gran maestro. Son casi 11 minutos de gloria musical con sabor a historia, a épica, a espiritualidad y recogimiento, pero también a celuloide, a cine añejo, a pantallas gigantescas, a grandiosidad.

"BEN-HUR"
(B.S.O.)

Y ya para acabar, si aún no la habéis visto os dejo un muy bien trabajado tráiler compartido en la red y que espero termine de daros el empujón que os falta para decidiros a verla.


Tráiler de Ben-Hur



Y si tampoco habéis visto Titanic y tenéis dudas de cual escoger, os diré que en Titanic, al final el barco se hunde. ¡Hala!

Los agradecimientos, más abajo, en comentarios.

O no.




            







19 de marzo de 2013

Luces, cámara y... acción de gracias.

"Cuando bebas agua recuerda la fuente" (Proverbio chino).





Amaneced, estrellas,
luces piadosas, 
palpitantes candelas durante siglos 
del caminar de este alma errante, 
sembrador de esperanzas y sueños
por baldíos desiertos de inmensa oscuridad, 
que hoy, por fin, fructifican.

Amanece, Luna,
amiga, aliada,
graba en tu infinita memoria
aquello que ninguna cámara,
ni espejo alguno, 
pueden ni quieren guardar en sus entrañas:
mi última Victoria.

Dormid, humanos, 
vanos mortales, 
soñad ajenos; 
en acción de gracias
domada la sed, 
sometida el ansia, 
hoy sólo deseo arrodillarme 
y abrazar la noche.
Hoy.


                               (Florentino Menéndez). 





Vaya, parece que me ha salido un poco... gótico.

Pero no, no os fiéis mucho, "las apariencias engañan".

'Ave, Regina Caelorum'

Ave, Regina Caelorum,
Ave, Domina Angelorum;
Salve, radix, salve, porta
Ex qua mundo lux est orta;
Gaude, Virgo gloriosa,
Super omnes speciosa,
Vale, o valde decora,
Et pro nobis Christum exora.

Salve, Reina de los Cielos, 
Salve, Señora de los Ángeles;
Salve, raíz, salve, puerta,
Que dio paso a nuestra luz;
Alégrate, Virgen gloriosa,
Entre todas la más bella;
Salve, agraciada doncella,
Ruega a Cristo por nosotros.
Giovanni Legrenzi.
Elegí esta hermosa antífona mariana, más que nada por su belleza, aunque también pesó el hecho de que es una pieza 'de temporada', pues ha de rezarse, o cantarse, entre el 2 de febrero (presentación de Jesús en el Templo), y el miércoles santo, tras cada una de las horas canónicas de la liturgia de las horas. Una auténtica obra maestra del compositor italiano del siglo XVII Giovanni Legrenzi, conocido especialmente por su dominio del contrapunto. Influenciado por la música de Monteverdi y Cavalli e influyente en las siguientes generaciones de músicos, entre los que destacan Vivaldi y Bach. Creador de un buen número de óperas, obras sacras y conciertos de cámara. 
Intervienen como intérpretes vocales, magníficamente acompañados por los instrumentos del Ensemble Astaserse, la contralto canadiense Marie-Nicole Lemieux y el contratenor francés Philippe Jaroussky, dos -¿jóvenes promesas?- artistas ya consagrados que triunfan cosechando admiración y aplausos, un éxito tras otro, allá por donde pasan.
'La Vierge aus Anges' (1881), de William Adolphe Bouguereau.
(Click para ampliar)
   
Si habéis tenido el buen gusto -que sé que sí-, de haber escuchado atentamente tan bello dueto, seguro que no os cuesta acertar cuál es la voz de cada uno. ¿Quién es quién?

Os daré una pista:

"Las apariencias engañan".


Venga, vale, os daré otra pista:

"La realidad sorprende".



Igual con tanta pista os he liado.


O no.






              




14 de marzo de 2013

HABEMUS MUSICAM!


"Ir sin amor por la vida es como ir al combate sin música, como emprender un viaje sin un libro, como ir por el mar sin estrella que nos oriente".
Stendhal, escritor francés.








(Enlace al post anterior)




¡Fumata blanca! 
Habemus musicam!
¡Aleluya!

Sí, por fin, ya puedo decir que estoy en condiciones de volver a la batalla diaria, a la vida cotidiana, más que a la guerra, ¡a dar guerra! 
Y para celebrar el fin de esta sede vacante nada mejor que hacerlo con energía, con ganas, con la fuerza y el vigor recién recuperados a fuerza de administrarme ingentes dosis de medicina musical por vía auricular y otros ungüentos, ponzoñas y proyectiles varios, más propios de un recetario brujeril que del vademécum de toda la vida, por vías que no cito, más por decoro que por pudor, y que no he de ser yo quien niegue que todos los caminos conduzcan a Roma, pero lo de entrar por las salidas, o viceversa, es sistemáticamente rechazado por el GPS de la razón. 
¡A desahogarse tocan!

'Mie fide schiere, all' armi!'

Mie fide schiere, all' armi!

All' armi!
A terra, si lasci il mar infido:
a' la guerra, al lido!

Suoni, tuoni, il suolo scuota
d' oricalchi un lieto fragore.

Ed a voi amiche genti
sian gl' insoliti portenti
di diletto e non d' orrore.
Mis fieles tropas, ¡a las armas!

¡A las armas!
A tierra, abandónese el peligroso mar:
¡a la guerra, a la orilla!

Suenen las trompetas, sacuda el suelo
un dichoso fragor de auricalco.

Y sean para vosotros, amigos,
insólitos portentos 
de placer y no de horror.
Diego Fasolis.
Cecilia Bartoli, de nuevo, en estado puro, en uno de esos arias 'de bravura' que tanto me gustan y tanto parecen gustarle a ella, de los que no faltan en el disco que vengo recomendando en los últimos post, 'Mission', con piezas del polifacético y misterioso compositor Agostino Steffani, a cuya obra 'I trionfi del fato' (El triunfo del destino), pertenece este aria, espectacular gracias al buen hacer de la gran mezzo, estupendamente escoltada por el renombrado director suizo Diego Fasolis a los mandos del conjunto especializado en música barroca I Barocchisti y del Coro de la Radiotelevisione Svizera Italiana.

No quiero dejar de destacar el maravilloso 'duelo' entre la portentosa voz de la gran artista y las trompetas en el momento -o, mejor dicho, momentos- de cantar el verso "d' oricalchi un lieto fragore"; qué fantástica exhibición de poderío,  no extraña que la gran mezzosoprano romana encabece durante semanas y semanas las principales listas de ventas, éxitos en parte también conseguidos gracias a una gran dominio del marketing y de la 'cosa' mediática y a una gran capacidad para conectar con el público que tanto la adora. ¡Brava la Bartoli!

'La Libertad guiando al pueblo' (1830) de Eugène Delacroix.
(Click para ampliar)
Y un servidor ha de ser prudente ante tanto entusiasmo y no olvidar el mensaje de tan enardecedor aria, más teniendo en cuenta mi conocida  aversión al mar -tanta o más que al sol-, así que, a la guerra, sí, repartiendo músicas a diestro y siniestro, pero tierra adentro, y cuanto más lejos de la orilla mejor, que nunca se sabe si una ola traicionera te puede atrapar  y arrastrar de nuevo a las abisales y frías aguas de padecimientos recién conocidos.

Ya sabéis, si algún día necesitáis encontrarme, tomad cualquier camino, siempre que sea ascendente; sí, cualquiera; que aunque todos los caminos conduzcan a Roma, parece ser que Roma  ha elegido esperar.

O no.





            

12 de marzo de 2013

El sínclave.

'La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo'.
Platón, filósofo griego.





( Enlace al post Ángeles y demonios).





No es plato de buen gusto haber dejado este sitio en sede vacante durante tantos días, como he tenido que hacer recientemente, así que, sea por la enorme tristeza que tal hecho me produce, sea por el sentimiento de culpabilidad que me embarga, me obligo a mí mismo a romperla de vez en cuando, aún a sabiendas del riesgo que eso implica. Pero como lo prometido es deuda, aquí estamos de nuevo dispuestos a conjurar los temores y las ruinas que tanto nos ahogan, así que:



BIENVENIDOS 
AL 
SÍNCLAVE



Sínclave, de la preposición latina sine (sin), y el sustantivo clavis (llave), 'sin llave'. Pues eso, una reunión o asamblea de amigos, ésta a celebrar en esta bendita y hermosa montaña a la que os he convocado con un objetivo común, diferenciándose de 'otras' en el hecho de que aquí nadie ha de estar aislado, ni encerrado, la entrada y salida son libres y no hay llave, sencillamente porque no hay puertas; ni falta que hacen. 

En fin, vamos al lío, ¿estamos todos? Pues unámonos todos en el gozo y disfrute de otro de los temas extraídos de la joya discográfica que comencé a presentar hace un par de posts, escuchando otro dueto en el que se vuelve a formar esa maravillosa conjunción  de voces, que provocan la gran mezzosoprano Cecilia Bartoli y el contratenor Philippe Jaroussky, aquí exquisitamente acompañados por el Coro della Radiotelevisione Svizera Italiana y el grupo I Barocchisti, todos ellos bajo la sabia batuta del director suizo Diego Fasolis, interpretando el aria 'Timori, ruine...', perteneciente a la obra 'Le rivali concordi' del compositor italiano Agostino Steffani.

'Timori, ruine...'

Timori, ruine,
ch'i sensi agitaste,
lasciate che al fine
io possa gioir.

Non durano l'ire 
e passa il martir;
Amor sa ferire,
ma poi sa guarir.

Fortuna severa
a' i nostri contenti,
d' un' alma che spera
consola il desir.
        
Temores, ruinas,
que agitasteis mis sentidos, 
dejadme al fin
poder disfrutar.

Las iras no duran 
y pasa el martirio;
Amor sabe herir, 
pero luego sabe curar.

Fortuna severa
con nuestros deleites,
de un alma que espera
consuela el deseo.

Corto, pero intenso y hermoso, ¿verdad? Yo ya me siento mejor, más ligero, más libre, creo que hasta, incluso sin proponérmelo, podría volver a soñar, a dejarme llevar a lejanos mundos que sólo un alma limpia de temores y angustias puede viajar. ¡Ahhh, sí!

La Nynphée (1878), de William Adolphe Bouguereau.
(Click para ampliar)
Me gustaría destacar el estupendo trabajo de edición realizado por la casa discográfica DECCA con la presentación de un libro-disco magníficamente ilustrado con unas muy sorprendentes fotografías y mucha información sobre el misterioso compositor italiano, el entorno y la época en que vivió, además de las letras de los temas presentados, todo ello en inglés, francés y alemán, aunque con el genial detalle de facilitar un código para poder descargarse gratuitamente la traducción en el idioma deseado -el español en mi caso-, y algún que otro contenido digital que siempre es de agradecer.

 Interesante, también, la alianza entre música y literatura, formada para esta obra entre Cecilia Bartoli y la escritora estadounidense Donna Leon, gran amante de la música antigua, embarcada en esta aventura por la gran diva italiana, a raíz de los misteriosos descubrimientos que se iban haciendo a cerca de la agitada y misteriosa vida de Agostino Steffani, convertido en parte esencial de la trama de la novela 'Las joyas del paraíso' (Seix Barral), cuanto menos, prometedora.









Y para terminar completando esta trilogía dedicada a mermar la tristeza de mi sede vacante, he dejado para el final una de las más espectaculares arias con que la Bartoli nos ha sorprendido tan gratamente, muy adecuada para cuando llegue el momento de poder afirmar con total rotundidad que uno ya está al cien por cien y dispuesto para volver a la batalla.

No os vayáis muy lejos, ya se oyen clarines, trompetas y tambores, las tinieblas vienen reclamando su lugar en el cielo, anticipo perfecto de la victoria de la mi aliada Luna frente al Sol, tiembla la tierra, augurios todos de que la batalla  comenzará muy pronto.

Y la adivino larga y cruenta.

O no.




(Continúa aquí).



           

10 de marzo de 2013

En buenas manos...

'El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento'.
Erasmo de Rotterdam, erudito y escritor holandés.






Como bien sabéis, o deberíais saber, el estado de sede vacante en que he dejado momentáneamente este sitio no debería se interrumpido bajo ningún concepto, pero hoy es 'El Día'. El Día de mi cumpleaños, ese Día en que no existen normas ni leyes, el Día en que todo el Universo se da la vuelta como un calcetín y vuelve a girar en torno a . Día que, incomprensiblemente, aún no está marcado, no ya en rojo, sino en dorado, en todos los calendarios, no sé de qué se ocupan los burócratas de la ONU o de la UNESCO o de donde corresponda, es tan... desalentador.


Día al que bien creí que no llegaba... y efectivamente no he llegado, no estoy, no me esperéis. Es importante mantener la férrea disciplina que me he autoimpuesto en aras de una total recuperación. Por eso, no me esperéis, pero tampoco desesperéis, venid alegres y jubilosos, dejad los regalos por ahí, en cualquier rincón -bah, no teníais que haberos molestado, gracias, gracias-, no estaréis solos porque le he encargado a mi fiel Canelo daros la bienvenida, entregaros este mensaje y la presentación y comentarios de la gran obra que seguramente se escribió  para un Día de Gloria como este. 

Alguien dijo que Beethoven fue un genio adelantado a su tiempo, y el tiempo  y Yo le hemos  dado la razón. Con esto queda todo dicho. 

Todos tuyos, Canelo.





Novena Sinfonía en re menor, op. 125, 'Coral'
(Allegro ma non troppo)



Novena Sinfonía en re menor, op. 125, 'Coral'
(Molto vivace)



Novena Sinfonía en re menor, op. 125, 'Coral'
(Adagio molto e cantabile)



Novena Sinfonía en re menor, op. 125, 'Coral'
(Presto-Allegro assai)

O Freunde, nicht diese Töne!
 Sondern laßt uns angenehmere anstimmen,
 und freudenvollere.
 Freude! Freude!

Freude, schöner Götterfunken,
 Tochter aus Elysium,
 Wir betreten feuertrunken,
 Himmlische, dein Heiligtum.
 Deine Zauber binden wieder,
 Was die Mode streng geteilt;
 Alle Menschen werden Brüder,
 Wo dein sanfter Flügel weilt.

Wem der große Wurf gelungen,
 Eines Freundes Freund zu sein,
 Wer ein holdes Weib errungen,
 Mische seinen Jubel ein!
 Ja, wer auch nur eine Seele
 Sein nennt auf dem Erdenrund!
 Und wer´s nie gekonnt, der stehle
 Weinend sich aus diesem Bund!

Freude trinken alle Wesen
 An den Brüsten der Natur,
 Alle Guten, alle Bösen
 Folgen ihrer Rosenspur.
 Küsse gab sie uns und Reben,
 Einen Freund, geprüft im Tod.
 Wollust ward dem Wurm gegeben,
 Und der Cherub steht vor Gott.

Froh, wie seine Sonnen fliegen
 Durch des Himmels prächtgen Plan,
 Laufet, Brüder, eure Bahn,
 Freudig wie ein Held zum Siegen.

Seid umschlungen, Millionen!
 Diesen Kuss der ganzen Welt!
 Brüder - überm Sternenzelt
 Muss ein lieber Vater wohnen.

Ihr stürzt nieder, Millionen?
 Ahnest du den Schöpfer, Welt?
 Such ihn überm Sternenzelt,
 Über Sternen muss er wohnen.

Freude, schöner Götterfunken,
 Tochter aus Elysium,
 Wir betreten feuertrunken,
 Himmlische, dein Heiligtum.
 Deine Zauber binden wieder,
 Was die Mode streng geteilt;
 Alle Menschen werden Brüder,
 Wo dein sanfter Flügel weilt.

Freude, schöner Götterfunken,
 Tochter aus Elysium,
 Freude, schöner Götterfunken!

     
¡Oh amigos, cesad esos ásperos cantos!
 Entonemos otros más agradables y
 llenos de alegría.
 ¡Alegría, alegría!

¡Alegría, bella chispa divina,
 hija del Elíseo!
 ¡Penetramos ardientes de embriaguez,
 ¡Oh celeste, en tu santuario!
 Tus encantos atan los lazos
 que la rígida moda rompiera;
 y todos los hombres serán hermanos
 bajo tus alas bienhechoras.

Quien logró el golpe de suerte,
 de ser el amigo de un amigo.
 Quien ha conquistado una noble mujer
 ¡Que una su júbilo al nuestro!
 ¡Sí! que venga aquel que en la Tierra
 pueda llamar suya siquiera un alma.
 Pero quien jamás lo ha podido,
 ¡que se aparte llorando de nuestro grupo!

Se derrama la alegría para los seres
 por todos los senos de la Naturaleza.
 todos los buenos, todos los malos,
 siguen su camino de rosas.
 Ella nos dio los besos y la vid,
 y un amigo probado hasta la muerte;
 Al gusanillo fue dada la Voluptuosidad
 y el querubín está ante Dios.


Alegres como vuelan sus soles,
 A través de la espléndida bóveda celeste,
 Corred, hermanos, seguid vuestra ruta
 Alegres, como el héroe hacia la victoria.

¡Abrazaos Millones de seres!
 ¡Este beso al mundo entero!
 Hermanos, sobre la bóveda estrellada
 Debe habitar un Padre amante.

¿Os prosternáis, Millones de seres?
 ¿Mundo presientes al Creador?
 Búscalo por encima de las estrellas!
 ¡Allí debe estar su morada!

¡Alegría, bella chispa divina,
 hija del Elíseo!
 ¡Penetramos ardientes de embriaguez,
 ¡Oh celeste, en tu santuario!
 Tus encantos atan los lazos
 que la rígida moda rompiera;
 y todos los hombres serán hermanos
 bajo tus alas bienhechoras.

¡Alegría, bella chispa divina,
 hija del Elíseo!
 ¡Alegría, bella chispa divina!




A la espera de la que ya intuyo mi pronta reaparición, me despido de todos vosotros con gran agradecimiento y mayor tranquilidad sabiendo que lo he dejado todo en las mejores manos... perdón, patas.







O no.









            

3 de marzo de 2013

Ángeles y demonios.

"El temor y la esperanza nacen juntos y juntos mueren".
Pietro Metastasio, escritor, poeta y libretista italiano.






Durante estos largos y últimos días de obligada convalecencia en que he mantenido este sitio en sede vacante intentando recuperar tanta energía perdida, muchos han sido los pensamientos que han pasado -o que yo creo que han pasado- por mi nublada mente. Creo haber visto pasar ante mis cerrados ojos toda mi vida anterior, como una película antigua, gastada por el tiempo, rayada y saltarina, con mucho blanco y negro y escaso color, de comedia amable a melodrama épico para terminar en un surrealismo tan absurdo que ya no sé si conseguí verla entera o si fueron los efectos del suero verde los que me hicieron soñar con oportunistas ventiladores que esparcían sobres llenos de mierda sobre la chusma que alborozada gritaba y reía, embriagada de un poder tan efímero como inexistente; con juicios y sentencias populares a los que la presunción de culpabilidad investía de total legitimidad; con vergonzantes políticos que competían por demostrar cual de ellos ganaba menos y  tenía menos propiedades; con santos que se bajaban de la Cruz, apartando de sí un cáliz tan amargo que diríase envenenado de ambición y codicia... 

Afortunadamente, uno no puede elegir entre seguir o no cargando con su cruz, así que, una vez recuperado, ha de seguir adelante con la esperanza de ir hacia algún buen destino, pero con el temor que da el desconocimiento. 

Esperanza y temor.
Realidad y sueño.
Ángeles y demonios.
Música y nada:
Amor.

           


'Combatton quest' alma'.

Combatton quest' alma
speranza e timor.
Sperar è un inganno,
temer un affanno:
chi cerca la calma
dia bando a' l' amor.
    
Combaten en esta alma
esperanza y temor.
Esperar es un engaño,
temer, una angustia:
quien busque la calma
que destierre el amor.
Cecilia Bartoli
Impresionante dueto de dos de las mejores voces de la lírica actual, la de la mezzosoprano italiana Cecilia Bartoli, que no deja de sorprender con sus últimas aportaciones a la discografía clásica, y la del joven valor, siempre en alza, Philippe Jaroussky, premiadísimo contratenor -o sopranista, como les gusta decir a algunos- desde que debutó en la escena allá por 1999, especialmente dotado para la ejecución de obras del periodo barroco.
Philippe Jaroussky
 Esta es la crónica de un doble descubrimiento, por un lado, el de un genial compositor italiano, tan polifacético como controvertido y misterioso, llamado Agostino Steffani, y por otro lado, el de una joya discográfica de las de guardar como oro en paño. Siendo justo, por agradecido, he de mencionar al musicólogo don Marco Antonio de la Ossa, pues fue él quien, en una de sus magistrales colaboraciones en el mejor programa de radio del mundo -'En marcha', de Onda Cero-, nos iluminó a muchos con esta excelente recomendación.
Portada del disco Mission
Si ya la fabulosa Bartoli nos sorprendió muy gratamente con su anterior trabajo, Sacrificium, dedicado a las arias creadas expresamente para ser interpretadas por los muy admirados, en su momento, castrati, en esta nueva creación, de título Mission, nos deja nuevamente boquiabiertos de satisfacción y admiración por un extraordinario trabajo sobre el mencionado compositor y su obra, para el que ha sabido rodearse de colaboradores de primer orden, desde el acompañamiento en cuatro de los temas del gran contratenor francés -¡qué buena pareja!-, hasta la dirección del suizo Diego Fasolis, quien al mando del Coro de la Radiotelevisione Svizera Italiana y del conjunto barroco I Barocchisti, contribuye enormemente al nacimiento de lo que ya es una auténtica obra maestra, imprescindible en la discoteca de cualquier amante del género.


Y a cualquier amante del género que se precie de serlo, esta aportación musical del post de hoy le habrá sabido a poco, por escasa. Tranquilos, mantened la esperanza y alejad el temor, tengo previsto ofreceros un par de temas más en otros tantos post; medicina para almas cansadas que bien dosificadas se asimilan mucho, pero que mucho mejor.

Dicen que cuanto más se espera por algo deseado, más se disfruta cuando se consigue, así que tened paciencia, pero si os invaden la desesperanza y la angustia, unamos nuestras fuerzas y entre todos conjuremos de nuestras vidas temores y ruinas.

Yes, we can!

O no.





Continúa aquí.