30 de septiembre de 2011

Otoño: Allegro, ma non tanto.

"El otoño es un andante melancólico y gracioso que prepara admirablemente el solemne adagio del invierno."
George Sand, escritora francesa.



     Por fin, llegó mi esperado otoño, aunque parece que le está costando entrar. Su antecesor, el siempre sobrevalorado verano, cree que por haber llegado tarde tiene todo el derecho a recuperar el tiempo perdido. Maldito iluso. Pero no importa, sus fuerzas ya flaquean ante la  paulatina pero inminente llegada de vientos y aguaceros, de brumas,  de nubarrones y de esas hermosas, y cada vez más largas, noches. Y del sol, su principal arma, percibiremos su atenuada luz para extasiarnos ante la maravillosa sinfonía de colores, rojizos, pardos, cetrinos y grises; de olores, a aire fresco, a tierra húmeda, a castañas asadas y vino dulce, a setas  y contundentes guisos de caza, y de sonidos como el del viento colándose entre las ramas desnudas, el crujir de la hojarasca bajo sosegados pasos, la estremecedora berrea del ciervo... 
Colores, olores, sabores y sonidos de otoño. 
¿Y el tacto?
Embriagaos de todo lo anterior, en soledad o en compañía, y lo demás vendrá solo.

    
     Sé que esta estación para muchos de vosotros denota tristeza. Además de las hojas de los árboles, además de las aves que emigran buscando parajes más cálidos, se lleva poco a poco las promesas de ese amor de verano que sólo fue presente; se lleva las eternas jornadas de luz abrasadora, de olas y salitre, de idas y venidas. Y de vueltas, de retornos, de regresos, sí, a la más dura de las realidades. Acaso ¿no habrá sido todo un espejismo?
     Quizá los menos afectados sean los niños, ellos tienen el don de adaptarse enseguida al medio. A los mismos que lloran a grito pelado aferrándose a las piernas de mamá en su primer día de colegio los veremos unas horas más tarde jugando tan risueños y alborozados como de costumbre.       
      Y quizá los más afectados sean aquellos que después de unas -siempre cortas- vacaciones han de reincorporarse a su puesto de trabajo, y así de repente, de un día para otro, sin anestesia. Qué duro. Sí, ¿verdad?

    Ya que hemos comenzado el ciclo estacional con las célebres estaciones de Vivaldi, pues ¿para qué cambiar?  
      Con el otoño volvemos al tono mayor que ya disfrutamos en la alegre primavera, mucho más adecuado para expresar sentimientos a lo grande, con alegría, con la alegría y la satisfacción de haber culminado con éxito un trabajo bien echo. Como ocurre con los campesinos que el maestro Vivaldi nos describe en este primer movimiento, celebrando una excelente cosecha de buena uva. Tiempo de vendimia y de celebraciones regadas, por supuesto, con ríos de vino en las que siempre hay algún celebrante que sucumbe ante los envites de Baco para terminar cayendo en brazos de Morfeo, de ahí el brusco cambio rítmico en la última parte de este alegre tema que, seguramente, reconoceréis de inmediato.  

'El otoño'
(1er. mov. Allegro)

     El segundo movimiento, con una  preciosa -y casi inexistente- melodía también conocida como el sueño de los ebrios, evoca el cansancio, el sopor y el consiguiente sueño producidos por tanto exceso festivalero, destacando el sonido del clave por encima de las cuerdas amortiguadas gracias a la sordina.

'El otoño'
(2º mov. Adagio molto)






     Vuelve el tono festivo con este tercer movimiento, también muy conocido, que nos dibuja  la distensión propia de una jornada de cacería, en la que los disparos, los ladridos de los sabuesos y las trompas de los cazadores son protagonistas estelares.

'El otoño'
(3er.mov. Allegro)

     Quisiera subrayar que esta versión que habéis podido disfrutar es fruto de ese genio británico, tan difícil de etiquetar, llamado Nigel Kennedy

     Encaremos pues, queridos amigos, la llegada del otoño con alegría, con esperanza e ilusión, disfrutemos de todo ese abanico de nuevas  sensaciones y posibilidades que nos ofrece. Y para que os vayáis animando aquí os dejo una de esas joyas que sólo un verdadero maestro orfebre de la creación musical ha podido labrar. 


'Canción de otoño'


Como sopla el viento en las ventanas,
como llueve hoy.
Como está la calle de vacía,
como muere el sol.
Estos días grises del otoño
me ponen triste
y al calor del fuego de mi hoguera,
te recuerdo hoy.

Te recuerdo hoy.
A ti, que eres mi vida entera,
la brisa de primavera, la claridad.
A ti, que sufres cuando me esperas
que miras a las estrellas
y que suspiras por mí.

Como arrastra el viento aquellas hojas,
como llueve hoy
y que torpe vuela por el cielo
ese gorrión.
Se han quedado mudos esos nidos
de golondrinas
y sentado al borde de la noche
te recuerdo hoy

Te recuerdo hoy.
A ti, que eres mi vida entera,
la brisa de primavera, la claridad.
A ti, que sufres cuando me esperas
que miras a las estrellas
y que suspiras por mí.

Los paraguas pasan lentamente
frente a mi balcón.
El reloj se escucha como siempre
en el comedor.
Estos días grises del otoño
me ponen triste
y al calor del fuego de mi hoguera,
te recuerdo hoy.

Te recuerdo hoy.
A ti, que eres mi vida entera,
la brisa de primavera, la claridad.
A ti, que sufres cuando me esperas
que miras a las estrellas
y que suspiras por mí.

Como sopla el viento en las ventanas,
como llueve hoy.





Esta precioso y triste tema es uno más de los cientos de éxitos salidos de la prodigiosa y prolífica creatividad del que quizá sea el cantante y compositor romántico por excelencia del panorama musical español, José Luis Perales. Hombre afable, modesto, sensible y solidario, cuya vocación por la música le ha llevado por los escenarios de medio mundo, cosechando innumerables premios y reconocimientos. Él, que no quería cantar, hubiese preferido dedicarse especialmente a la composición, pero 'probé y salió bien' -solía decir- aunque tuvo que ser empujado a subirse a los escenarios. Como compositor es el creador de cientos de exitosos temas para las más famosas voces de la música española. Hombre hogareño, de su familia; qué mejor época que esta para imaginárnoslo en su refugio conquense, quizá componiendo, quizá cuidando lo que más ama, al calor de la chimenea mientras unas apropiadas gotas de lluvia le ponen música a un perfecto y gris día de otoño.


     ¿A que ahora se ve todo de otro color, verdad? Pues, ya sabéis adonde podéis venir si os encontráis tristes. Tengo hecho un buen acopio de leña para la chimenea, buena música, libros, café y compañía. Aunque si prefieres disfrutar de todo esto en soledad, puedo desaparecer, no hay problema.

     ¡Que no! Que es broma.

     O no.












         






11 de septiembre de 2011

September 11, 2001: almost without words.

"Homo homini lupus"
(El hombre es un lobo para el hombre)
Tito Maccio Plauto, comediógrafo latino.





     11 de Septiembre de 2001, o simplemente 11-S, seguramente la fecha más tristemente recordada de nuestra historia. Hoy se conmemora el 10º aniversario de aquel aciago día en que el mundo comprobó, una vez más, hasta donde puede llegar el nivel de infamia del ser humano consigo mismo. Me voy a tomar, con mucho reparo y respeto, la libertad de impugnar la famosa frase del encabezamiento: el hombre NO es un lobo para el hombre. El lobo no mata por placer. La crueldad es una cualidad exclusivamente humana. Sé que, en este caso, tanto Plauto como Hobbes me lo permitirían.

Samuel Barber
     Para los solemnes actos en memoria de las numerosas víctimas del 11-S se eligió como acompañamiento musical el Adagio para cuerdas que el compositor neoyorquino Samuel Barber escindió de un cuarteto anterior en 1938, quedando, dado su éxito, como pieza única. En 2004 los oyentes del programa BBC's Today la eligieron como la obra clásica más triste del la historia de la música. Casi 30 años después de su estreno, el mismo Barber compuso una adaptación para coro de 8 voces mixtas utilizando un Agnus Dei como texto. Resulta terriblemente difícil decidir cual de  las dos versiones es más conmovedora. Yo he elegido para esta ocasión la versión vocal. Son casi 8 minutos de intensa emoción y recogimiento. ¡Vívelos!

'Agnus Dei'

Agnus Dei
qui tollis peccata mundi
miserere nobis.
Agnus Dei
qui tollis peccata mundi
miserere nobis.
Agnus Dei
qui tollis peccata mundi
dona nobis pacem.
Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo
danos la paz. 


     Vicenzo Salvatore Carmelo Francesco Bellini, compositor italiano que a finales del año 1831 estrenó en el Teatro L'Escala de Milán su obra más famosa, la ópera Norma, en cuyo primer acto se escucha el célebre aria Casta Diva, en el que se representa la invocación a la diosa Luna (Casta Diva), por parte de la joven y bella sacerdotisa druida Norma, quién consagra como ofrenda una rama de muérdago mientras le implora que extienda sobre la tierra la PAZ que hace reinar en el cielo.


     Es, quizá, la ópera romántica por excelencia y su papel principal uno de lo más difíciles de interpretar, y si uno piensa en Casta Diva inmediatamente ha de saltar a su pensamiento el nombre de la soprano que mejor interpretó este famoso aria: "La Divina" María Callas.


     Hagámonos un favor: que cada uno de nosotros invoque a Aquel, o aquello, que adore, sea deidad, objeto celeste, animal, vegetal o mineral y que escuchando esta bellísima obra, o ninguna, en respetuoso silencio pidamos, roguemos, una vez más, que llegue de una vez y para siempre la PAZ al corazón de los hombres. 

'Casta Diva'



Casta Diva, che inargenti
queste sacre antiche piante,
a noi volgi il bel sembiante
senza nube e senza vel...
Tempra, o Diva,
tempra tu de’ cori ardenti
tempra ancora lo zelo audace,
spargi in terra quella pace
che regnar tu fai nel ciel...

     





Casta Diva, que plateas
estas sacras antiguas plantas,
a nosotros vuelve el bello semblante
sin nube y sin velo...
Templa, oh, Diva
templa estos corazones ardientes,
templa de nuevo el celo audaz,
Esparce en la tierra esa paz
que reinar haces en el cielo...

     Ojalá no hubiera tenido nunca un motivo como este para  publicar este post, aunque creo que no va a ser el más triste que tenga que publicar.

     Seguimos siendo humanos.

     O no.






























            

8 de septiembre de 2011

Sé lo que hicisteis el último verano.


¡Nada es tan mío
como lo es el mar
cuando lo miro!
'Derecho de propiedad'
(Elías Nandino, poeta mejicano).




     Con esta nueva entrada sólo pretendo ponerle la banda sonora a una historia que llega a su fin. O, mejor dicho, a una historia cuyos protagonistas principales creen que llega a su fin. La verdad es que todo parece indicarlo, pero yo sé que no es así. La vida da muchas vueltas y en este mundo, en estos locos tiempos que nos toca vivir, el destino es cada vez más impredecible, lo que hoy pudiera parecer un obstáculo insalvable, mañana ¿quién sabe?

     Ahora podría parecer una historia dramática pero, en realidad, es una historia de amor, aunque, no de ese amor que todos pensamos, no. Es una historia de Amor, del más grande que existe, del que consiste en dar, en darlo todo, sin esperar nada a cambio y que, sin embargo, te produce el mayor beneficio que hayas podido imaginar.
"Ama hasta que te duela.
Y si te duele, es que lo estás haciendo bien".
(Santa Madre Teresa de Calcuta)
     Conozco a sus protagonistas, pero los papeles principales voy a condensarlos en dos: Madre e Hija. Mi papel en esta película no va más allá de un simple cameo sin importancia, digamos que tan sólo pasaba por allí y, aún así, me he visto atrapado por el resplandeciente halo de júbilo que esta hermosa historia irradia desde su origen.

     Donde digo Madre, debería decir Familia, pero digo Madre porque creo saber que ella fue quien llevó la mayor parte del peso por el, a veces, tortuoso camino de esta aventura. Sí, puso el empeño, fue  una madre coraje, una madre dichosa, pero ahora le toca ser una Madre Dolorosa.

"Stabat Mater"


Stabat Mater dolorosa
iuxta crucem lacrimosa,
dum pendebat filius.
Estaba la Madre dolorosa
junto a la Cruz llorosa,
en que pendía su Hijo.


Pergolesi
     Giovanni Battista Pergolesi, compositor italiano del s.XVIII y autor de esta emotiva obra maestra que pone música a un texto católico del s.XIII, quizá el más musicado de la historia, desde Palestrina a Jenkins, fueron numerosos los compositores que han creado su propia versión, pero esta de Pergolesi junto a la de Rossini son las más representadas y editadas hasta el momento. El sufrimiento de María ante la crucifixión de su hijo Jesús es el tema tratado en este himno cuyo texto se atribuye a un fraile franciscano llamado Jacopone da Todi.





     Me dirijo a esta Madre en especial porque gozo de su amistad y de la de su familia desde hace años, pero son muchas las madres y familias que estos días están pasando por el mismo trance. Y todo porque desde hace unos pocos años decidieron compartir sus vidas con niños y niñas de otros países (en este caso casi país) en vías de desarrollo o en situación de extrema pobreza, acogiéndolos en sus casas durante los meses de verano, proporcionándoles a estos pequeños unas extraordinarias vivencias y oportunidades que difícilmente olvidarán. Pero, claro, los niños crecen y casi sin darte cuenta te encuentras conque ha llegado el último verano, éste. Así que:

      Mi querida amiga: 
     Hace un par de días nos vimos en la celebración del no-cumpleaños de esa preciosidad que pronto se nos va, te invité a pasar por aquí, a darte un paseo por esta mi -vuestra- montaña, te dije que ibas a llorar, aunque ibas a llorar mares igualmente, pero por lo menos hazlo con fundamento, bien acompañada. Aquí te dejo la canción ideal para ello; una preciosa canción cuya letra te arrastrará hasta el último verso. Es lo mejor que se me ocurre hacer por ti. Por favor, no me lo tengas muy en cuenta.



"El triste"



Que triste fue decirnos adiós
cuando nos adorábamos más
hasta la golondrina emigró
presagiando el final
Que triste luce todo sin ti
los mares de las playas se van
se tiñen los colores de gris
hoy todo es soledad
No se si vuelva a verte después
no se que de mi vida será
sin el lucero azul de tú ser
que no me alumbra ya
Hoy quiero saborear mi dolor
no pido compasión ni piedad
la historia de este amor se escribió
para la eternidad
El triste todos dicen que soy
que siempre estoy hablando de ti
no saben que pensando en tú amor
en tú amor he podido ayudarme a vivir
he podido ayudar a vivir
Hoy quiero saborear mi dolor
no pido compasión ni piedad
la historia de este amor se escribió
para la eternidad.




Ximena Sariñana
     Preciosa canción del compositor mejicano Roberto Cantoral y estrenada en 1970 por el cantante, también mejicano, José José, quien quedó unido a ella para siempre dado el enorme éxito obtenido, sobretodo en Méjico, en donde casi es un himno nacional. También han sido numerosos los artistas, de variados géneros y estilos, los que han versionado esta hermosa balada, como Plácido Domingo, Lucho Gatica, Julieta Venegas o Marc Anthony, pero mi preferida es la de esta jovencita, sí también mejicana, llamada Ximena Sariñana, a la cual descubrí en la estupenda banda sonora de la película New Moon, y a la que creo dueña de un extrordinario potencial, sobretodo cuando le da al soul o al jazz. 


     Y tú pequeña ¿cuántas emociones en estos últimos años, verdad? Ahora has de regresar a tu pueblo, y digo pueblo porque no le dejan ser país, pero de política no te voy a hablar, según vayas creciendo tendrás la oportunidad de que alguien te explique lo vergonzoso de las no-acciones de aquellos a los que se les llena la boca de solidaridad mientras consuman las más rastreras traiciones.

     También alguien (y yo se quien) tendrá que explicarte que significa esto que he perpetrado a continuación; aún eres demasiado joven para entenderlo y sé que sería mucho pedir que te gustase, pero ¡quién sabe! algún día, quizás...

Charles Gounod
     Se trata de una escena de la ópera Romeo y Julieta de Charles Gounod en la que la joven Julieta, interpretada por la joven soprano georgiana Nino Machaizde, es la protagonista de un baile preparado por sus padres quienes la han prometido al joven Paris. Pero ella, ajena a esta realidad y felizmente enamorada del apuesto Romeo, perteneciente a una familia enemiga de la suya, canta este alegre vals en el que expresa su deseo de seguir viviendo el hermoso momento en que se encuentra: 'je veux vivre dans ce rêve' que traducido quiere decir 'quiero seguir viviendo en este sueño'.

'Ah! Je veux vivre dans ce rêve'.


Ah!
Je veux vivre
dans ce rêve qui m'enivre;
ce jour encore,
douce flamme,
je te garde dans mon âme
comme un trésor!
cette ivresse
de jeunesse
ne dure, hélas! qu'un jour!
Puis vient l'heure
où l'on pleure,
le cœur cède à l'amour,
et le bonheur fuit sans retour.
Je veux vivre, etc
loin de l'hiver morose
laisse-moi sommeiller
et respirer la rose
avant de l'effeuiller.
Ah!
Douce flamme,
reste dans mon âme
comme un doux trésor
longtemps encore!

Nino Machaizde

¡Oh! Yo quiero vivir  en este sueño
¡Oh!
Yo quiero vivir
en este sueño que me embriaga,
ese día aún,
llama dulce,
te guardo en mi alma
como un tesoro.
Esta embriaguez
de la juventud
no dura, ¡ay! un día.
Entonces llega el momento
en el que llorar,
el corazón da paso al amor,
y la felicidad huye para siempre..
Yo quiero vivir, etc
Lejos del invierno sombrío
déjame dormir
y respirar la rosa
antes de arrancarla.
Ah,
dulce llama
permanece en mi alma
como un tesoro dulce
para siempre!





     Pues ¡ya está! Espero que os haya gustado, creo que se me ha olvidado citar vuestros nombres, da igual, no lo voy a hacer, no es algo que vaya a aportar más luz a lo relatado; además ni tfarrah que hace.


     En fin, y colorín colorado, esta historia se ha acabado...

     O no.