18 de mayo de 2014

Cincuenta sombras de Brey


"Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros".
Groucho Marx, actor, humorista y escritor estadounidense.



-¿Brey?
Brey!, don Mariano Rajoy Brey; ¿a que ahora ya lo vamos viendo más claro? 
-¿Cincuenta?
-Bueno, cincuenta, cincuentaaaa..., ahí si debo admitir que me he quedado corto; en fin, todo sea por ligarlo  tan magistralmente con el título.
-Pues recurrir a un apellido de segunda (línea) y a un cincuenta que ni lo es, no lo encontramos nosotros tan  magistral, oiga, más bien nos parece un pelín forzado. 
-Tranquilos, aún me guardo una bala en la recámara, para después.
Pues sí, ya ve don Mariano, ya le toca a usted; y digo ya porque, al contrario que con su predecesor, ahora ilustre inspector de nubes, con usted ni siquiera voy a esperar a que lleguen las Elecciones Generales, hombre, mírelo por el lado bueno: de aquí a entonces siempre tendrá usted tiempo para la reflexión. 

Dentro de una semana se celebran las Elecciones al Parlamento Europeo y quiero que sepa, don Mariano, Sr. Brey, si me permite, que NO CUENTE USTED CON MI VOTO

Cincuenta sombras, cincuenta razones, y quien dice cincuenta, dice quinientas o cinco mil, vaya usted a saber. De todas ellas -llamémoslas CINCUENTA-, yo sólo le voy a citar UNA, ni siquiera es la que más me afecta, pero le aseguro que es la que más me revuelve los interiores; le hablo Sr. Brey, de la JUSTICIA

Pobre diosa IUSTITIA, de tan ciega, burlada, vejada y prostituida al antojo de quienes debieran ser sus lazarillos, claro que siendo en el país en que se inventó la picaresca se explican muchas cosas. Pues eso, yo le pongo el nombre a una de vuestras sombras: JUSTICIA. Vosotros -todos- la lleváis a Europa y le colocáis un apellido acorde a la necesidad de esparcir responsabilidades -excusatio non petita... algo habrá que huele mal-, 'UNIVERSAL', y ¡hala!, a seguir arrastrando togas por el barro del camino, a seguir manteniendo Altos Tribunales hechos a medida de la coyuntura del momento y a seguir poniéndose de perfil mientras se traiciona al pueblo que puso sus esperanzas en ustedes y que ve con horror, incredulidad y asco como se pasean por las calles toda clase de criminales de la peor estofa. Pues al apellido UNIVERSAL que le han impuesto a doña Justicia, a un servidor se le ocurren una retahíla más, y muchos son apellidos vascos, muchos más de OCHO, Sr. Brey, ¿le digo uno?, Bolinaga, ¿le suena?, sí; pero también tengo otros tantos -Mas o menos- catalanes, gallegos, castellanos... Y así, pasito a pasito, han ido ustedes minando la paciencia de muchos de sus electores, que uno hace sus propias encuestas, sí, a pie de calle, y sin cocina previa, y sepa que somos legión los que estamos hartos, los que estamos de elpidios y pumpidos hasta los garzones. (Y aquí entreténgase, si lo desea, el aburrido lector en las diferentes combinaciones posibles).

Pues muy mal, Sr. Brey, y 'Roma traditoribus non premiae'; ahora ya da igual, por mucho que se esfuercen en campañas erectorales, -'de bajo coste', dicen- o en vergonzantes debates televisivos con más tongo que en un combate de Pressing Catch, son muchos los que han encontrado otras opciones alternativas, que ahora haberlas, haylas, por mucho que en la mayoría de medios, bien amordazados a golpe de subvención -pública, por supuesto-, se les niegue la existencia. Y la prueba del algodón de que algo bueno deben ofrecer y de que les tienen asustaditos, es la cantidad de energía que gastan ustedes en procurar su desprestigio a base de ninguneos e insultos. 

Suerte tienen ustedes de que 'los Otros' estén como estén, aunque, para qué seguir engañándonos si son la misma 'cosa'. Y a esa cosa ya ha tiempo que se le encontró un nombre muy apropiado: LA CASTA POLÍTICA

Líbrennos algún día las urnas de tan execrable plaga; día que se intuye aún lejano, porque, siendo realistas y conociéndonos, aún tardará, pero ha de llegar, no perdamos la esperanza y soñemos -que de momento es gratis-, soñemos que un bello día veremos elevarse un hilo de humo en el extremo confín del mar.

'Un bel di vedremo'. 

Un bel dì, vedremo
Levarsi un fil di fumo
Sull'estremo confin del mare
E poi la nave appare
Poi la nave bianca
Entra nel porto, romba il suo saluto.
Vedi? È venuto!
Io non gli scendo incontro, io no.
Mi metto là sul ciglio del colle
E aspetto gran tempo
E non mi pesa a lunga attesa.
E uscito dalla folla cittadina
Un uomo, un picciol punto
S'avvia per la collina.
Chi sarà? Chi sarà?
E come sarà giunto
Che dirà? Che dirà?
Chiamerà Butterfly dalla lontana
Io senza dar risposta
Me ne starò nascosta
Un po' per celia,
Un po' per non morire
Al primo incontro,
Ed egli al quanto in pena
Chiamerà, chiamerà :
«Piccina - mogliettina Olezzo di verbena»
I nomi che mi dava al suo venire.
Tutto questo avverrà,
te lo prometto
Tienti la tua paura -
Io con sicura fede l'aspetto.
Un bello día veremos
Elevarse un hilo de humo
en el extremo confín del mar.
Y después aparece la nave.
la nave es blanca.
Entra en el puerto, truena su saludo.
¿Ves? ¡Ya ha llegado!
Yo no voy a su encuentro, yo no.
Me ire a la cima de la colina, y esperaré
y espero, mucho tiempo.
Pero la larga espera no me pesa
Y, salido de entre la multitud de la ciudad,
un hombre, un pequeño punto,
sube por la colina.
¿Quién será?, ¿quién será?
Y cuando esté aquí,
¿qué dirá?, ¿qué dirá?
Llamará: - Butterfly- desde la distancia;
yo sin responder.
Estaré escondida.
Un poco por broma,
y un poco, por no morir
nada más por vernos.
Y él, el apenado,
llamará, llamará;
“Mujercita, fragancia de verbena”,
los nombres que solía llamarme, al llegar a mi.
Todo esto sucederá,
te lo prometo.
Ahuyenta tus temores,
¡Yo con segura fe,... Lo espero! 


Una de las arias más hermosas y conmovedoras de la historia del bel canto, perteneciente a la ópera Madame Butterfly, del compositor italiano -respiren hondo- Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini. Estrenada en Milán, en 1904, narra una historia en que la confianza ciega y la traición son principales protagonistas, todo ello muy acorde al tema de hoy. Dejo aquí un enlace al cansado lector con un breve resumen de tan emotivo argumento que Puccini supo plasmar a la perfección en su maravillosa partitura. El vídeo escogido reúne la maravillosa voz de la gran Maria Callas con imágenes de la película Memorias de una geisha (2005), aunque los argumentos de ópera y película no tengan nada en común, más allá de la localización geográfica; eso sí, el resultado, bello, hermoso; enhorabuena a su autor.
Pero mientras tanto, queridos amigos, lectores, visitantes, etc, animaos y acudid a la llamada de las urnas, es el mejor gesto que entre todos podemos hacer en contra de esa privilegiada y endiosada casta, por mucho que digan que la abstención les asusta, mienten. Id y ejerced vuestro derecho, eligiendo a quienes mejor creáis que os representen, sean de izquierdas, de derechas o de ese centro que parece infinito. O no id; pues también sois libres para eso, y también tenéis vuestro derecho; irreprochable, viendo el panorama y sabiendo que no va a cambiar mucho la cosa, pues, al fin y al cabo, el pueblo español, un poco masoquista sí  que es. Y he aquí, por fin, el último nexo de unión que apuntala el magistral uso del título elegido, ¿eh?  
Aquí, un servidor piensa ir, haga frío o frío -Burgos es lo que tiene-, y ya, una vez con el deber cumplido, a tomar una cañita con gambita de tapa, mientras sueña en ese bello día para el cual...

-...yo, boté.

¿Qué, una falta de ortografía, decís? 

Si es que estáis en todo.

O no.












11 de mayo de 2014

Para... ¡todos!


"El recuerdo es el perfume del alma".
George Sand, escritora francesa.




Pobre Beethoven... 
Ahí le tenéis, dando rienda suelta a su extraordinaria genialidad, nuevamente espoleada por las musas del amor. Sí, pobre Beethoven... 
Nos encontramos allá por la primera década del siglo XIX y sí, ahí tenemos al gran genio alemán componiendo la que va a ser una de las piezas más famosas de la gran música, la "Bagatela para piano en La menor". Ya casi la tiene terminada, unos retoques por aquí y por allá, una firmita y... ¡lista! ¡Ay!, si con esto no triunfo... ¡Oh, cielos, con tantas prisas casi se me olvida lo más importante, ¡la dedicatoria!: 

¡Para Elisa!
Para... ¿Elisa?
¡¡¡PARA ELISA!!!

Bagatela para piano en La menor, 'Para Elisa'.

Sobre este precioso y romántico tema existe una misteriosa leyenda en cuanto a la exactitud del título con que pasó a la historia, el de la dedicatoria que el buen Beethoven insertó en su manuscrito. Quién sabe si por apresuramiento o por el nerviosismo típico de cualquier enamorado; quizá por el mal carácter, tan propio de nuestro sufrido protagonista, o quizá por la conjunción de todos los males nombrados, el caso es que no hubo forma de descifrar con exactitud la nerviosa caligrafía del firmante. Y, hete aquí, que donde unos leyeron Für Elise (Para Elisa, en alemán), a otros parecióles ver Für Therese (Para Teresa); y es que para más complicación, al parecer, según cuentan los estudiosos de la cosa, pasaron por el enamoradizo corazón del compositor dos damiselas candidatas a tan preciada dedicatoria -preciada actualmente, porque en su momento, por una u otra causa, el sordo genial no fue, como se diría ahora, el tronista del momento, hechos que ayudaron, sin duda alguna, a reforzar su afamado mal saber estar- 

Elisabeth Röcket
Therese Malfatti

Las investigaciones sostienen como más probable que fuera una tal Therese Malfatti, joven discípula de Beethoven, aunque también se contempla la posibilidad de que fuera una soprano alemana llamada Elisabeth Röckel, dando validez al nombre que eternamente acompañará tan exquisita obra maestra. 
Sí, pobre Beethoven; cuánta amargura acumulada hasta el fin de sus días. Si él supiera..., si, al menos, hubiese sido capaz de imaginar que, pese a que ni para Elisa, ni para Teresa, acababa de componer la que iba a ser una de las obras maestras más escuchadas de todos los tiempos; quizá no, seguramente, habría escrito, imponiendo la cordura a la ceguera del amor, un agradecido "Para todos"
Y a eso es a lo que un servidor quería llegar hoy con este melancólico post
No hace mucho viviendo un reencuentro familiar y, después de muchos años, repasando lo que fue y nunca debió de dejar de ser, reaparecieron muchos momentos que permanecían medio borrosos entre las brumas de unas memorias, aunque cansadas, aún latentes.
Fueron rescatados, no sin celebradas confusiones, muchos momentos de tiempos entre costuras, de jilgueros que no lo eran, sino gorriones, de hermanas y primas con muñecas disputadas; volvieron a sonar en el silencio del recuerdo acordeones y gaitas, florecieron de nuevo aquellos Clavelitos, imprescindibles en cualquier repertorio digno de aquellos maravillosos años
Y de ahí la elección de tan hermosa pieza musical. Era mi intención dedicarla a la memoria de quien lució tan hermoso nombre, pues hermosa en todos los sentidos fue su portadora; por eso elegí el Para Elisa
Pero cómo dedicárselo a Elisa, sin acordarme de Santiago, ni de..., y aquí añada el lector tantos nombres como quiera, pues, a buen seguro, acertará. 

Y ahora ¿quién o qué me impide dedicarle también esto a Isabel, a Elsita, a César o a Fermín?

Y ¿quién o qué me impide seguir citando nombres como Leti, Natalia y Santi, LysLanitas, Massiel, Malasombra, Mª Jesús, Chema, Enrique, Rubén, Soraya, Ana, Francisco, Mariano, Óscar, Danna, Neus, Héctor, Carlos, o Tour by Mexico,  a quienes quiero agradecer su presencia en la columna derecha de este paradisíaco sitio o a aquellos que procuran la difusión del mismo en distintos medios? Siempre me quedaría alguno sin mención y tanto sería mi penar como aquel que modeló el carácter del buen Beethoven.


Entonces tendría que, imitando aquel famoso anuncio de la más famosa marca de bebida refrescante a base de cola, proseguir en interminable perorata: para altos, para bajos, para gordos, para flacos... para al final acabar concluyendo que todo quedaría suficientemente claro con un simple:

¡PARA TODOS!

O no.