12 de octubre de 2014

Luna nueva

"No es bueno que el Hombre esté solo" .
La Biblia, Génesis, 2:18




(Viene del post anterior: Crepúsculo).



Pues no, mis queridos visitantes, no era el murmullo del viento... 


* * *
-Padre, Padreeeee, ¡Paaaaaaaadreeeeeeeeeeeeeeeeeeee...! ¡¡¡PADREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!

-¿Quién con tales alaridos perturba mi merecido descanso?
-Pues quién ha de ser sino; si te llamo 'Padre', quien, sino 'tu Hijo' es quien te interpela con tal angustia y necesidad... además, ¿para qué preguntas si lo sabes de sobra, pues Tú eres el guionista de..., de 'esto'. 
-Pregunto por respeto al lector, así que preséntate como es debido o vete, Hijo... ¿mío? 
-(¡Ay, Señor!). De acuerdo, sí, tuyo; yo soy Aquel que Tú creaste para habitar esta impresionante montaña de perpetuas nieves; Aquel que, como Tú, vive entre tinieblas sin conocer la luz del Sol; Aquel que, al contrario que Tú, mi caprichoso Creador, vive en la más absoluta de las soledades; tu alter ego; tu otro Tú; tu reflejo al otro lado del espejo; tu criatura; tu Hijo, sí, literario, como te gusta decir, pero al fin y al cabo, tu Hijo. 
-Bien, bien, bien..., y veamos, ¿qué es lo que deseas, Hijo mío?
'El Arte y la Literatura'
William-Adolphe Bouguereau.
-¡Oh, venga!, pero si ya lo sabes, no me hagas...
-El lector, Hijo, el lector... 
-"No es bueno que el Hombre esté solo", soledad..., ¿acaso tendré que haceros un dibujo? ¡Compañía, Padre! ¡Necesito compañía! 
-¡¿Más?! ¿Acaso no han de bastarte los miles de visitantes que acuden de todo el mundo para que les guíes por tan acogedor paisaje mostrándoles todas esas maravillas que YO te he proporcionado? ¿Acaso eres capaz de menospreciar todo lo que te he dado y de renunciar a la única misión que te he encomendado, que no es otra que la de recibir y guiar a nuestros amados visitantes por toda la Belleza que...? 
-No, Padre, no sufras. Ni menosprecio, ni renuncio, al contrario, me siento muy agradecido y orgulloso, pero, como dijo alguien, la soledad es una opción que te puede proporcionar maravillosas experiencias, siempre y cuando tengas a quien contárselas. Nuestros visitantes, vienen, miran, escuchan y se van; yo necesito a alguien con quien pasar las largas noches frente al hogar, alguien con quien compartir tales experiencias, alguien con quien poder estar horas y horas escuchando la Belleza del Universo, o en el más absoluto de los silencios, haciendo nada, deshaciéndolo todo... ¿Vas entendiendo lo que necesito, mi Amantísimo Padre?

Romance
(The Gadfly Suite).

Bella melodía para el octavo movimiento de los doce que configuran la denominada 'Suite del Tábano', compuesta por Dmitri Shostakóvich para la película rusa del año 1955 'El tábano', basada en una novela homónima de la escritora rusa  Ethel Lilian Voynich. Shostakóvich, considerado como uno de los más reconocidos y prolíficos compositores del s.XX, tuvo sus más y sus menos con el régimen soviético de la época, que tan pronto lo exaltaba como lo perseguía; vaivenes que forjaron en él un carácter sombrío notablemente reflejado en sus últimas composiciones, posteriores a la muerte de Stalin en 1953, cuando encontró la ansiada libertad para plasmar su tímida y maleada personalidad en las partituras, encontrando en el cuarteto de cuerda el vehículo idóneo para ello.
-¡Oh, Hijo, insensato!, ¿en qué clase de enfermedad o hechizo has caído que te ha vuelto tan insensible, tan ciego, tan... sordo? Pero si te he proporcionado, amén de otras artes, la compañía de la más maravillosa de las diosas: ¡la Música!


Dal mio Parnasso...

Dal mio Permesso amato à voi ne vegno, 
incliti eroi, sangue gentil di regi,
di cui narra la Fama eccelsi pregi, 
nè giugne al ver perch' è troppo alto il segno.

Io la Musica son, ch' à i dolci accenti
sò far tranquillo ogni turbato core,
et hor di nobil ira, et hor d' amore
posso infiammar le più gelate menti.

Io sù cetera d' or cantando soglio
mortal orecchio lusingar talhora
e in guisa tal de l' armonia sonora
de le rote del ciel più l' alme invoglio.

Quinci a dirvi d’Orfeo desìo mi sprona,
D’Orfeo che trasse al suo cantar le fere,
E servo fè l’Inferno a sue preghiere,
Gloria immortal di Pindo e d’Elicona.

Or mentre i canti alterno, or lieti, hor mesti,
non si mova augellin fra queste piante,
nè s' oda in queste rive onda sonante,
et ogni Auretta in suo camin s' arresti.

Desde mi Parnaso amado vengo a vosotros, 
ilustres héroes descendientes de reyes, 
de los que la Fama imperfectamente relata
vuestros méritos, pues son sublimes.

Soy yo, la Música, quien con dulces acentos
sabe apaciguar los corazones alterados
y puede inflamar, de cólera o amor,
los espíritus más fríos. 

Cantando a los sones de mi cítara de oro,
acostumbro a alegrar los oídos de los mortales 
e incito a las almas a desear fervientemente
la armonía sonora de la lira divina.

Eso me incita a hablaros de Orfeo,
tras cuyo canto marchaban las fieras
e hizo al Infierno siervo de sus ruegos;
gloria inmortal de Pindo y Helicón.

Ahora, mientras alterno cánticos, alegres o tristes, 
ningún pájaro se mueva en las ramas, 
ninguna onda murmure sobre las orillas 
y la brisa suspenda su camino.

Libreto y traducción en Kareol.es

Este es el segundo número del prólogo -tras una bella y sonora tocata instrumental- que da comienzo a "L' Orfeo, Favola in musica", obra considerada un hito en la historia de la música por ser el germen de la ópera actual, compuesta por Claudio Monteverdi en 1607, con libreto de Alessandro Striggio el Joven. En este bello aria una soprano lírica pone voz a la Música, quien aparece saludando a los presentes y pidiéndoles silencio pues se va a contar la historia de Orfeo. Una obra maestra imprescindible, revolucionaria en su época, que marcó un antes y un después en el arte de la representación musical. 

-Tú lo has dicho, Padre: ¡diosa! Diosa que, efectivamente, adoro hasta lo inimaginable; diosa que, sí, calma mi ardor y sosiega mi espíritu, consuelo de mis penas y fiel escudera en la batalla, azuzando mi ira o templando mi naturaleza, pero diosa, al fin y al cabo, diosa que viene, se muestra y se va, dejando, eso sí, su exquisita fragancia, un perfume tan imperecedero como la propia memoria permita, tan persistente como etéreo... 
-Está bien, Hijo mío, si lo que quieres es que te arranque una costilla y...
-Metafóricamente, Padre, metafóricamente, a poder ser. 
-Te recuerdo que muchos son los que piensan que ahí comenzó el Principio del Fin. 
-Ya, pero has de admitir que Tú no estás entre ellos.
-Cierto..., muy cierto. 
 Está bien, Hijo, he de claudicar; ahora déjame solo, pronto amanecerá, descansa y espera paciente la noche; la noche más oscura en la que hasta la Luna será velada a fin de preservar tu intimidad mientras es cumplido tu deseo. 

* * *
Pues no, amigos, ya veis que no era el viento... Y así fue como se desarrolló la conversación descrita. ¡Ay!, cría cuervos... 
¡Ah!, pero no creáis que hemos llegado a un final feliz de cuento de hadas, no, no, no. Bien es cierto -y muchos lo sabéis por experiencia- lo muy difícil que es negarle algo a un hijo, por muy díscolo que se nos antoje su comportamiento, así que también comprenderéis mi claudicación, eso sí, ahora que estamos solos os diré que sé perfectamente lo que mi adorado Hijo desea...

Stetit puella

Stetit puella
rufa tunica;
si quis eam tetigit,
tunica crepuit.
Eia.

Stetit puella
tamquam rosula;
facie splenduit,
os eius fioruit.
Eia.
Una muchacha se detuvo
con una túnica roja;
alguien la tocó
y la túnica se rompió.
¡Ay!

Una muchacha se detuvo,
era como un botón de rosa,
su cara era radiante,
su boca una flor.
¡Ay!

Libreto y traducción en Kareol.es


Ensoñador poema que conforma el decimoséptimo de los veinticinco números que el compositor alemán Carl Orf escogió para la composición de su obra más reconocida, la cantata Carmina Burana. Veinticinco joyas escogidas de una colección de 300 poemas encontrados a principios del s. XIX en un monasterio benedictino de Baviera. El manuscrito datado en el s. XIII parece ser obra de los llamados monjes goliardos, de vida poco ejemplar, alejada de los cánones eclesiásticos al uso, amantes del buen yantar, del mejor beber y del después yacer; eso sí, entre placer y placer, dedicábanse a la poesía satírica -poniendo de chupa de dómine tanto a la Santa Madre Iglesia como a la sociedad de la época y al poder establecido-, y a la poesía lírica, alabando sin rubor alguno los placeres de la vida tabernaria, el vino, el juego, las mujeres y el amor. Como curiosidad a añadir, cabe mencionar que estos clérigos de vida licenciosa llamáronse en España monjes sopistas y que el último eslabón de la cadena en su evolución fue, y es, la tuna. 


...como también sé perfectamente lo que le voy a conceder...

Love Eternal
(B.S.O. de ''Drácula, de Bram Stoker')

Romántico e inquietante tema perteneciente a la B.S.O. de la película "Drácula, de Bram Stoker" (1992), de Francis Ford Coppola, compuesto por el músico polaco Wojciech Kilar, aclamado compositor clásico aunque especialmente reconocido por sus trabajos para el cine. Son más de cien las bandas sonoras que llevan su firma, la mayoría de ellas para películas del cine polaco, algunas de gran reconocimiento internacional, y entre los directores de cine que contaron con él destacan Krysztof Kieslowski, Andrzej Wajda, Roman Polanski, además del ya citado Coppola. Recientemente fallecido, en diciembre de 2013, sirva esta mi pequeña aportación como homenaje póstumo a quien a través de la magia de sus partituras tanto nos ha ayudado a soñar.


Cría cuervos...
...y recoge tempestades. 

O no.


(Continuará)...





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