"El aislamiento es un elemento indispensable de la felicidad humana".
Glenn Gould, pianista canadiense.
Sería muy fácil decir que nos han convertido esto que seguimos llamando vida en una infernal carrera en la que todo ha de ocurrir deprisa y cuanto antes; hay que llegar, antes incluso de partir, ¿el destino?, qué importa.
Tú corre, corre... ¡corre!
¡Y lucha!
Pero sobretodo no pienses, ni porqué, ni contra qué, eso déjalo en nuestras mentes... digo en nuestras manos.
Sí, sería muy fácil decirlo y descargar la culpa en los de siempre y quedarnos tan anchos, sin añadir que nos hemos dejado hacer todo lo que han querido y más.
Lo sé, porque a pesar del precario estado vital a que me han llevado tantos años de cruentas batallas, aún puedo sentiros, aún puedo oír vuestra entrecortada respiración a cada paso que os esforzáis en dar para llegar hasta aquí, aún puedo oler vuestro ansia y saborear vuestra necesidad de evasión hacia mundos más amables.
Sí, yo he colapsado. Me he quedado sin energía, al borde del desfallecimiento. No podré atenderos como exigen las más elementales normas de hospitalidad. Debo pediros que me disculpéis, por un tiempo. He de descansar, necesito una pausa, un paréntesis, un receso, un enroque, un Kit-Kat.
Pero no os vayáis.
He dedicado mi penúltimo aliento a prepararos una audición muy especial con la que podáis abstraeros del mundanal ruido hasta el límite que vosotros mismos os pongáis, abstraeros incluso de mi no presencia.
Casi una hora de medicina para almas cansadas, de fácil administración. He procurado hacer un vídeo lo más minimalista posible que mi barroca visión plástica me permite, sin recurrir al socorrido y eficaz, pero triste, fundido en negro, con el objeto de no distraer mucho la escucha, que podéis realizar mientras lleváis a cabo alguna de esas otras tareas que, satisfactorias o no, necesitáis llevar a cabo, o simplemente para hacer lo que yo estoy dispuesto a hacer: derrumbarme en mi sillón favorito -ojalá pudiera decir que con una copa de buen vino en la mano, pero...-, con la espalda recta, los brazos bien apoyados, la cabeza bien erguida y los ojos cerrados a pesar de estar envuelto en la oscuridad más profunda, aislado de cualquier otro estímulo que ahora mismo me resulta totalmente innecesario e incluso molesto.
Ahora dejadme, pero que no os moleste mi inacción, sólo -y solo- necesito recargar baterías. Difrutemos juntos de esta maravilla, vosotros a vuestro modo, yo me quedo en modo de espera, en standby.
J. S. Bach |
Composición para teclado (clavicémbalo, aún no se había inventado el piano), terminada por Johann Sebastian Bach en 1741, por encargo expreso de un conde alemán que necesitaba aliviar sus noches de insomnio; su teclista de cabecera era un joven y aventajado alumno de Bach llamado Johann Gottlieb Goldberg, de ahí el nombre de la obra, que se compone de un único tema llamado aria, treinta variaciones y la repetición final del aria (Aria da capo). Las peculiaridades técnicas son demasiado dificultosas de entender -y mucho menos de explicar- para quienes no estamos formados en la materia, así que sólo os puedo decir que para su ejecución se necesita algo más que virtuosismo.
Glenn Gould |
Esta versión que os he puesto, es la de la grabación posiblemente más famosa que se ha realizado en el mundo clásico, imprescindible en la discoteca de cualquier aficionado que se precie de serlo. Su intérprete, Glenn Gould, un pianista mítico, genio y figura (hasta la sepultura, sí), excéntrico hasta decir basta, del que una lectura atenta de su biografía nos proporcionaría horas de auténtico deleite. Existen en la red numerosos artículos, documentales y vídeos sobre su vida y obra, un espectáculo cuanto menos entretenido. También quiero destacar las muy recomendables grabaciones que Sony Classical llevó a cabo de toda su obra, especialmente la que conmemora el 80º aniversario del nacimiento del genial artista. Y por último, y como anécdota, ¿sabéis que música había pedido para escuchar en su celda el Dr. Hannibal Lecter?
Creo que os he dejado material lo suficientemente interesante para manteneros entretenidos una temporada.
Espero recuperarme y volver pronto.
Con un buen periodo en standby escuchando maravillas así, creo que será innecesario tomar medidas más drásticas.
O no.
Aquí estaré esperando tu vuelta vienen bien los momentos de parón para recuperar aliento, :). Hasta la vuelta chiquillo.
ResponderEliminarAna C.
Gracias Ana, 'pases lo que pase, estoy aquí'. ;)
EliminarPues siento que dejes el blog en pausa, es de lo poco que leo por internet y además me permite encontrarme con música que me era desconocida y que me resulta muy útil.
ResponderEliminarEspero que la decisión no venga motivada por problemas personales y sea sólo una etapa de hastío, algo por lo que todos pasamos alguna vez (yo muy a menudo).
Pues sólo queda darte las gracias por las horas de entretenida lectura bien amenizada con piezas musicales y cuidados montajes.
Y recordarte que los aparatos cuando están en Standby se pueden estropear...
O no.
(Permítame este guiño al autor en las últimas palabras).
Javier C.
Mi estimado y admirado amigo Javier:
EliminarHe de ser yo quien muestre mi agradecimiento a mis distinguidos huéspedes y les ruegue sepan disculpar esta ausencia, obligada por motivos de salud, pues el exceso de actividad y la falta de descanso me han pasado una grave factura (vaya, como a Su Santidad, je je). Nada que no se cure haciendo precisamente eso: NADA durante una temporada que espero sea lo más corta posible.
Se imponen -como no- grandes recortes y una completa re-estructuración en mi escaso tiempo de ocio, pero que no cunda el pánico, este 'lugar' es sagrado, intocable.
Así que como dijo Terminator:
-¡Volveré!
Sí.
PD: ¿Alguien sabe el nº de Benedicto? Necesito consejo... :/
¡Bach sublime! Gracias una vez más Florentino.
ResponderEliminarGracias a ti, Carlos, por tus amables visitas y comentarios. Cuesta acercarse al Sr. Bach, pero una vez cogida la confianza... Eso sí, el Sr. Gould, siempre será único; raro, raro, raro.
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