"En las tinieblas la imaginación trabaja más activamente que a plena luz".
Inmanuel Kant, filósofo alemán.
Como cada año por estas fechas, me llena de orgullo y satisfacción dirigiros un nuevo mensaje de esperanza para el nuevo año 2014 que está a punto de nacer:
Que todos vuestros buenos deseos se vean cumplidos -objetivo nada difícil, siempre que sepáis desear con sabiduría, virtud que doy por supuesta en todos y cada uno de vosotros- y que la paz, felicidad y armonía plenas reinen en vuestros corazones.
Para ser la primera vez que comparto un lied en este blog, ¿éste no está nada mal, verdad? Precioso y sobrecogedor. Lied es una palabra de origen alemán que viene a significar canción lírica, su plural es lieder y, generalmente, se trata de una composición corta formada por un poema al que se le ha puesto música, que suele estar escrita para voz solista y acompañamiento, éste a cargo normalmente de un piano, aunque ni en sus orígenes, ni en posteriores evoluciones ha sido siempre así. Este hermoso Nacht und Träume (Noche y sueños), publicado en 1825 es obra de uno de los compositores más grandes del periodo Romántico, el austriaco Franz Schubert, de corta vida y muy prolífica obra, sólo en lieder, en su catálogo figuran unos 600. Y en esta magnífica versión intervienen el célebre contratenor estadounidense David Daniels y su compatriota, y asiduo acompañante al piano, Martin Katz. La imagen con que adorno el vídeo pertenece a un cuadro del pintor inglés John Martin (1789-1854) titulado "Solitude" y que a continuación reproduzco para una mejor y más detenida admiración.
"Solitude" (1843), de John Martin.
(Click en la imagen para ampliar).
Y en lo que a mí respecta, queridos amigos...
Pronto he de volver a ti, Noche;
despliega tu oscuro y protector manto de estrellas
y acógeme de nuevo entre tus maternales brazos.
Permite que la voluble, pero siempre amiga Luna,
guíe mi espada en las muchas batallas que aún he de librar.
Solo ante tu sublime inmensidad
puedo sentirme tan pequeño e insignificante,
y permitir a mi imaginación volar libre.
Libre de ataduras, de abstracciones mundanas,
de complejos... libre de mí,
en busca de mis sueños.
(Florentino Menéndez).
Me voy, como quien dice, con la música a otra parte, en busca de una estrella que , dicen, viene de Oriente.
"El 28 de diciembre nos recuerda lo que somos durante los otros 364 días del año".
Mark Twain, escritor y periodista estadounidense.
¡Chissssst! Silencio, por favor...
¡Música, Maestro!
¡¿Qué pasa?!
¿Me vais a decir
que a vosotros nunca
se os ha quedado
la mente
en blanco?!
¡¡¡INOCENTES!!!
Bueno, vale, está bien, me redimiré compartiendo una de esas pequeñas joyas de esas que nos ayudan a enderezar esos días en los que tenemos la sensación de que más nos hubiera valido no habernos levantado de la cama; capaz de arrancarnos una sonrisa, aunque sea interior, en los peores momentos de bajón anímico, e ideal como acompañante mientras realizamos cualquiera de los múltiples quehaceres cotidianos que conlleva seguir viviendo, bien por obligación -ajena o propia-, bien por ocio -ajeno o propio.
Es cierto que hay infinidad de obras que reúnen tan benéficas propiedades pero se podría decir que muchas de ellas provienen del mismo compositor, el gran Joseph Haydn, afortunado poseedor de un carácter cordial, alegre y feliz, que le hicieron ganarse el respeto y la admiración de los músicos que dirigía en la corte de los Esterházy, para quienes trabajó la mayor parte de su vida. Su extraordinario sentido del humor y amor por las bromas lo podemos encontrar reflejado en muchas de sus obras, una de las cuales es este hermoso cuarteto apodado 'La broma', nombre que nos resultará evidente tras su entretenida escucha.
Cuarteto Op. 33 nº 2 'La broma'.
(1º. Allegro moderato y 2º. Scherzo-Allegro).
Para aquellos que no tenéis el tiempo o la paciencia necesaria para ver la obra completa os recomiendo el 2º movimiento y sobretodo el 4º, especialmente el sorprendente final, o finales, que parece haber unos cuantos. Bienaventurados los entendidos en la materia, porque ellos sabrán encontrar los muchos juegos que el bueno de Haydn escondió en tan divertido pentagrama.
Cuarteto Op. 33 nº 2 'La broma'.
(3º. Largo y 4º. Presto).
Entretenida acústica y visualmente, gracias a esta impagable versión del Cuarteto Casals. ¡Qué manera de tocar... y de interpretar! Probad a ver el vídeo una segunda vez pero ésta sin sonido, no importa, seguiréis escuchando a Haydn. ¡Sublime!
"Todas las buenas maneras tienen que principiar compartiendo alguna cosa con sencillez. Dos hombres tienen que compartir un paraguas; si no tienen un paraguas, tendrán por lo menos que compartir la lluvia, con todas sus ricas posibilidades de humor y de filosofía".
G. K. Chesterton, escritor y periodista británico.
Hola a todos de nuevo y gracias por estar ahí. Sed bienvenidos a la celebración del tercer aniversario del nacimiento de este blog.
'La ruota della Fortuna' (1883). E. Burne-Jones
Pues, mira tú, qué cosas, al final se cumplió aquella célebre máxima que nos cantaba el Bisbal: "No hay dos sin tres".
¡Tres años, ya!, el último de ellos tan extraño, enrevesado y duro, que hay quien no tenía muy claro, hasta hace no mucho tiempo, la celebración de este entrañable acto al que hoy os he invitado.
Ya casi agonizando el presente año, haciendo recuento de lo, en él, pasado; rememorando lo esperado y lo obtenido; viendo la vida pasar, tan pronto dulce y sonriente como cruel y desdeñosa, con tantos inexplicables altibajos, no tardó mucho en volver a mi memoria aquella terrible imagen de la vida representada como una noria movida por la siempre caprichosa y cambiante diosa Fortuna:
Primer y último número de un total de 25 que componen Carmina Burana (1937), la más conocida de las obras del compositor alemán Carl Orff(1895-1982), uno de los representantes de la corriente musical del neoclasicismo y autor de un exitoso método de enseñanza musical para niños. Este espectacular número se hizo más célebre, si cabe, allá por el año 1981, con el estreno de la famosa película Excalibur, de cuya banda sonora, a cargo de Trevor Jones, forma parte junto a otros pasajes de varias obras de Richard Wagner. Inolvidables, de tan bellas como terribles, las fantásticas escenas rodadas en los no menos fantásticos parajes irlandeses, cerca de los cuales tiene su residencia su reconocido director John Boorman.
Pero permitidme, una vez más, que no me extienda mucho en didácticas explicaciones, que tiempo habrá en otra ocasión, u ocasiones, pues no han de faltar con esta fascinante obra a la que no he de tardar en volver, pues, tanto por temática como por contenido, es una delicia de las que dan mucho juego.
Aquí y ahora de lo que se trata es de celebrar, ¿no?, pues eso, celebremos. Pasad, ya sabéis, sentíos como en vuestra propia casa y, dadas las fechas, aunque estéis hartos, bebed, bebed y bebed, sí, como los peces en el río y/o por ver a Dios nacido, como queráis, pero bebed:
Decimocuarto número de esta preciosa cantata de la que os diré, por ahora, que su título ha de pronunciarse tal que así: Kármina burána, de raíces latinas que, resumiendo, podemos traducir como Canto de Beuem. Otro día con más tiempo en la esperanza y menos burbujas en la cabeza os contaré algo sobre su etimología, sus orígenes y sobre los monjes goliardos, que menudos ejemplares estaban echos.
Que sí, que ya lo sé, que soy un pesao y que os queréis divertir. Baila y bebe, que la vida es breve, os dije hace un mes, pues ¡hala!, no quiero ver una copa vacía, danzad, danzad, benditos:
"Tanz"
Tanz, o danza, 6º número de la obra y uno de los dos que sólo son instrumentales. Por cierto, creo que no os he contado que la mayor parte de la obra está escrita en latín aunque en algunos pasajes se combina con el alemán y alguna que otra palabra francesa, además de unos cuantos vocablos o interjecciones de desconocida procedencia y por lo tanto intraducibles, ya que...
¡Ya, menudo anfitrión estoy hecho! Disculpadme, no os interrumpiré más. Seguid disfrutando de la fiesta; mientras tanto permitidme que reitere mi agradecimiento a todos y cada uno de los visitantes que por aquí pasáis; a los que, además os detenéis, y me dais conversación con vuestros comentarios, siempre alegres y animosos; a todos los seguidores que llegáis desde las más diversas redes sociales y, este año especialmente, a Mª Jesús Pérez Vilar y a Eva y José, cada uno de ellos sabe porqué.
Ojalá Fortuna se apacigüe un poco y podamos seguir celebrando todos los aniversarios que se nos vengan encima.
¿Quién sabe?, quizás dentro de mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana, nos volvamos a citar y compartamos toda la Belleza que hemos ido recolectando, eso sí, con una buena comida y no peor bebida, aunque la música del bailoteo aún no me la consigo imaginar.
"¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar!"
Charles Dickens, escritor británico.
Mis queridos amigos, visitantes, lectores y/o transeúntes, estimados amantes de la música, de las letras, de la belleza en cualquiera de sus manifestaciones, ya está aquí, como cada año por estas fechas, la Navidad, y, como viene siendo tradición, ni quiero, ni deseo, ni puedo dejar de felicitaros a todos tan entrañables fechas.
Y como decoración musical este año he elegido un villancico, sí; pero no un villancico cualquiera, no. Se trata de uno muy especial para quien esto suscribe, pues es el primero que recuerda haber escuchado en su más tierna infancia, y no, precisamente, de la gran voz de su compositor e intérprete, el asturiano Víctor Manuel, sino de la más cálida, abrazadora y hermosa de las voces, la de la propia madre.
Un precioso y pegadizo villancico que además de transportarme a un tiempo pasado que siempre fue mejor, me sumerge, casi hasta el ahogo, en el recuerdo de la siempre hermosa y lejana tierra que me vio nacer.
"En el portalín de piedra".
Vamos, despierta, María
que ta llorando el tu neñu,
da-y de mamar, que tien fame,
canta-y suavín que tien sueñu.
Pon-y l'albarda a la burra
vamos marchar d'esti pueblu,
que nos lu quieren matar
y yo nun quiero perdelu;
que ye fiu miu y fiu de Dios
y vien a enseñanos un mundo mejor.
Y en el portalín de piedra
taben María y José,
taba María llorando,
taba nerviosu José.
Saca un pañal de la cesta
y lávame esti en el río.
Sube María a la burra,
tapa el neñín que fai frío
y vámonos lejos, cuanti más mejor,
qu'Herodes ta llocu y nun tien razón.
Y en el portalín de piedra
taben María y José,
taba María llorando,
taba nerviosu José.
Así pues, en mi nombre y en el de mis hijos literarios, la inefable "Mari Beyoncé", y mi fiel "Canelo":
Sed felices y dichosos o, mejor aún, haceos felices y dichosos los unos a los otros y conseguiréis serlo vosotros mismos.
Por favor.
-¿Se puede saber qué haces Maribé? -¡Nada, cara rana! -Te recuerdo que Papa Noël está tomando nota...