8 de septiembre de 2012

Marcho a Asturias, ¡vía Cuba y Polonia!

"Hoc signo tuetur pius, Hoc signo vincitur inimicus".
(Con este signo se protege al piadoso, con este signo se vence al enemigo).
Lema inscrito en la Cruz de la Victoria.
 
 
 
 
Hoy, 8 de Septiembre, todos los asturianos, orgullosos de serlo, celebramos el Día de Asturias y el día de su patrona la Virgen de Covadonga. Los actos institucionales, que cada año se celebran en una localidad distinta, según designación del Consejo de Gobierno del Principado de Asturias, tendrán lugar este 2012 en Tineo, y teniendo en cuenta que además de ser sábado, se espera un poco frecuente, por aquellos lares, 'buen tiempo', miedo me da pensar cómo se va a poner aquello de gentes dispuestas a celebrar como se merece la fiesta por excelencia de la asturianía, tanto en la hermosa comarca tinetense como en el Real Sitio de Covadonga, en donde miles de personas se congregarán para asistir a los actos y ofrendas en homenaje a La Santina.
 
Aunque, seguramente, no habrá sitio en todo el territorio astur en el que, de una manera u otra, se produzca algún acontecimiento festivo que haga resaltar en el calendario tan entrañable jornada. Por donde quiera que pasemos, tarde o temprano, llamarán nuestra atención los familiares sones de la gaita y del tambor o el infinito melisma de alguna tonada, quizá tropecemos de improviso con cualquiera de los muchos grupos de coros y danzas que con sus acrobáticas coreografías compiten en maravillar al respetable, o con el escenario sobre el cual alguna banda nos invite a respirar aires celtas, o con alguna exhibición de los muchos deportes autóctonos, todo ello gracias a la dedicación y perseverancia de las muchas gentes que consiguen evitar que ninguna de estas tradiciones caiga en el olvido.   
A una de esas personas, Don Fernando de la Puente Hevia, folklorista y profesor de las Escuelas de Asturianía y Música Tradicional de Oviedo, le debemos conocer el sorprendente origen de la canción popular más conocida de nuestro folklore, y que hoy en día es el himno oficial del Principado de Asturias:
 
'Asturias, Patria querida'. 
 Asturias, Patria querida,
Asturias de mis amores;
¡quién estuviera en Asturias
en todas las ocasiones!
 
Tengo de subir al árbol,
tengo de coger la flor,
y dársela a mi morena
que la ponga en el balcón.
 
Que la ponga en el balcón,
que la deje de poner,
tengo de subir al árbol
y la flor he de coger.
 
 
Según las investigaciones llevadas a cabo por el mencionado folklorista el origen de la canción más popular y arraigada entre los asturianos, debemos situarlo en países tan lejanos y dispares como ¡¡¡Cuba y Polonia!!!
 
Pues sí, habéis leído bien; todo apunta a que la canción es obra de un músico cubano, de orígenes asturianos que llevaba por nombre artístico Ignacio Piñeiro, fundador del Septeto Nacional y autor de numerosos éxitos de la música popular cubana del pasado siglo XX. Compuso esta canción en honor a su padre, quien como buen asturiano emigrante no dejaba de contar y cantar las maravillas que había dejado atrás, en su tierrina del alma, a la que volvió, por cierto, a morir. Tras numerosos y rocambolescos cambios en la letra, ésta parece haber sido la definitiva, aunque observando la aparente desconexión entre las estrofas, es posible que al ser una canción popular que pasaba de boca en boca, se hayan perdido algunas de ellas, sobreviviendo quizás las más llamativas o fáciles de memorizar. En cuanto a la melodía se sitúa su origen en la región polaca de Silesia, por la semejanza que tiene a una canción oída a los mineros polacos que vinieron a trabajar a las cuencas mineras asturianas.
Y no es menos cierto que esta entrañable canción ha sufrido burlas, menosprecios, cambios radicales y apropiaciones o usos indebidos, según el viento político que soplara en cada momento, y aún, hoy en día, no faltan quienes merced a espurios intereses, de los que huyo como alma que lleva el diablo, ven en ella signos y mensajes que hace mucho tiempo deberían estar enterrados.
Personalmente, yo me quedo con ese himno con el que todos los asturianos de bien debemos sentirnos unidos y orgullosos, con esa canción que entonada a pleno pulmón y bien acompañada del lastimero aullido de la gaita, ha de arrancarnos una lágrima de los más profundo de nuestro corazón, especialmente si, como es mi caso, la sentimos desde tierras lejanas.

 
Y ahora debo dejaros, hace tiempo que oscureció y tengo que hacer un viaje, pero éste de placer. Cuando llegue al desconocido destino que me espera y que no os pienso desvelar, brindaré una y otra, y otra, y otra, y otra, y otra...
...y otra vez por vosotros.
 
No sé pero tengo la impresión de que próximamente el precio de la manzana se va a disparar.
 
 
 
 


 
-¿Otru culín, ho?
-No, verás.
 Dequí nun marchamos hasta que no  cantemos l 'Asturies, Patria querida.  ¡Cagunmimantu!
-¡Natural!
-O non.
 

















 
 
 
 
 

 
 
 


2 de septiembre de 2012

...de cuyo nombre no quiero olvidarme.

'Ni la ausencia ni el tiempo son nada cuando se ama'.
Alfred de Musset, escritor francés del sXIX.


Al equipo, colaboradores y oyentes del programa EN MARCHA.
(Enlace al post anterior: Desde un lugar de La Mancha...).




"Estando en esto, llegó acaso a la venta un castrador de puercos, y así como llegó sonó su silbato de cañas cuatro o cinco veces, con lo cual acabó de confirmar Don Quijote que estaba en algún famoso castillo, y que le servían con música, y que el abadejo eran truchas, el pan candeal, y las rameras damas, y el ventero castellano del castillo, y con esto daba por bien empleada su determinación y salida."
El Quijote, cap. II (fragmento).







Estando en nada y en todo, resignados al abandono estival, llegó acaso aquel hidalgo manchego, juglar de la palabra amable, tenor de la carcajada contagiosa, pregonero de alegrías, antídoto de penas y melancolías, y púsose, sin más, a proclamar  a los cuatro vientos su verbo cautivador y pausado, de erres y acentos bien marcados, que bueno es hablar con sabiduría y más con claridad, desterrando dudas y dando fe al más claro, agua.
Y así, y en éstas, obróse el milagro:


Fueron las noches, días,
Y los días, espera de amor.
Las madrugadas, renaceres,
Trasnochar fue religión.

Y los gallos, Farinellis,
¿Ir al tajo?, ¡en procesión!
Jaquecas, bajo contínuo.
El insomnio, ¿hay mejor don?

Carreteras tortuosas y negras
Níveas partituras son,
Con sus fusas, redondas y corcheas,
¡Que no es bache, es calderón!

Y fue tal la algarabía,
Tanta la expectación,
Que hasta la luna lunera
dos veces, dos, brilló.

Y gentes de todo el mundo
De toda clase y condición,
Conociéronse y amistáronse
En fraterna comunión.
                      (Florentino Menéndez).

Pues sí, amigos, el verano se acaba y se va nuestro líder de las ondas, pero eso es algo que ya estaba escrito, y aunque no por esperado es menos duro, toca despedirse. Pídeme, para la ocasión, el alma un réquiem, pero el corazón, que atiende más a la razón, me dice que no, que a quienes nos han regalado tantos buenos momentos sería menester corresponderles, además de con nuestro agradecimiento, con buenos deseos.

Así sea, pues. Os vais, con la firme y solemne (para nosotros sagrada) promesa de regresar. En nombre de todos vuestros fieles seguidores, os deseo que el viaje que emprenderéis alrededor de un -ahora larguísimo- calendario, os sea de lo más propicio y enriquecedor. Que esa larga travesía la hagáis por un mar en calma y que el viento que os impulsa os lleve también el calor de nuestro amor, de nuestra amistad.
Que sea un viento cálido y suave.
Que suave sea el viento.
   
'Soave sia il vento'.

Soave sia il vento,
tranquila sia l'onda
ed ogni elemento benigno
risponda ai nostri desir...
Que suave sea el viento,
tranquilas las olas
y que todos los elementos benignos
respondan a nuestros deseos...




En este bellísimo trío perteneciente a la ópera buffa 'Così fan tutte' (Así hacen todas), de Mozart, Don Alfonso y las dos hermanas Dorabella y Fiordilligi, se despiden desde el puerto de Ferrando y Guglielmo -prometidos de ambas damas- que supuestamente parten para la guerra como oficiales que son. Y digo supuestamente porque en realidad sólo es una estratagema tramada con Don Alfonso, con quien han apostado que sus prometidas siempre les serán fieles aún en la distancia. En realidad piensan volver disfrazados y cada uno intentar enamorar a la novia del otro. ¿En qué acabará tan alocado desafío? Por supuesto, y como siempre, no seré yo quien os desvele el final, eso ya es cosa vuestra y de vuestras prioridades. Suerte.




Bueno, pues ya está, como quien dice, todo el pescado vendido. O quizá no, algunos, cada vez más, tenemos la vana ilusión de que tarde o temprano se escuchen nuestro unánime grito y sea en justicia reparado ese entuerto por desfacer que, al fin y al cabo, nos da la vida mientras esperamos con paciencia. 

Queridos amigos, e-amigos y visitantes: 

Nos sentimos.


¡Sí!