20 de febrero de 2012

¡Me ha parecido oir dos lindos gatitos!

"Consigna gatuna: No importa qué hayas hecho mal, intenta siempre que parezca que lo ha hecho el perro."
(Anónimo)


                               -¿Crees que en la luna habrá esperanza?
                               -¡Miau!
                               -No, si ya decía yo...
 
 
     Hola caminantes, hoy os traigo una de esas pequeñas grandes obras con que el ingenio humano es, a veces, capaz de sorprendernos; bueno, el ingenio o la mala leche de su creador, o quizás las dos cosas, que, en este caso, no lo tengo yo muy claro. Pero primero, escuchemos, luego ya decidiremos, si fuera menenster. ¡Ah! por esta vez, e imitando a los felinos protagonistas, voy a recostarme panza arriba sobre mi mullido sillón, haciendo caso omiso de las miles de peticiones que me haréis llegar, para que incluya la letra -y su correspondiente traducción- de tan divertida obra. Así que no insistáis, esforzáos un poco, caramba; la indiferencia gatuna con que me he investido es insobornable... uhmm, eso que olfateo ¿es lasaña de atún? Rrrrrrrrrrrrrrrrrr...

'Dúo humorístico de dos gatos'

G. Rossini
 Se cuenta que esta maravilla del compositor Gioacchino Antonio Rossini fue concebida como mitad broma, mitad venganza, hacia las sopranos que se creían lo bastante divas como para permitirse cambiar la partitura original a su antojo, para su propio lucimiento, cosa que parece que exasperaba al gran maestro italiano, quien, sin embargo, era conocido por un gran sentido del humor, amante de gastar bromas y rey indiscutible del género menos serio de la ópera, el bufo o humorístico.

     Compuesta originalmente para dos sopranos, aunque esta versión que os he ofrecido está interpretada por el contratenor francés Gérard Lesne y el tenor norteamericano Rockwell Blake, ambos grandes especialistas en la interpretación del repertorio rossiniano, acompañados al piano por el director de orquesta y músico británico, de origen italiano, Antonio Pappano.
     En fin, espero que hayáis pasado un buen rato bien entretenidos y como de costumbre a estas horas, he de dejaros, tengo ciertas obligaciones inaplazables.


     ¡Ah!, y por si no lo sabíais, no es necesario guardar la lasaña de atún que os sobre en la nevera, encima de la mesa aguantará perfectamente.
     O no.











          


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