Pues claro de ti, Luna.

"Donde una puerta se cierra, otra se abre".

Refranero español..

¿Recordáis amigos a aquel abnegado soldado abandonado a su suerte por aquéllos a quienes noblemente servía? (Hijas de un dios menor). Pues corre el rumor de que se le ha vuelto a ver por estos hermosos parajes, y hay quien se atreve a afirmar que ya ha encontrado buen Señor a quien ofrecer sus leales oficios. Y no sólo se le ha visto, no, pues hay quien jura y perjura haberle oído cantar una triste balada, sentado al pie de un viejo roble -cuyo tronco rugoso y duro le era en aquellos íntimos momentos el mejor de los tronos-, con la mirada perdida hacia la negrura de la noche, mientras  bruñía instintivamente la acerada hoja de su, ya de por sí, reluciente espada.

¡Pues claro que sí!
Pues claro de ti.

Ven, reluce de nuevo, llena, 
Volvamos a cabalgar juntos.

Yo, sobre dorada montura,
Tú surfeando la noche,

Yo, eludiendo al día,
Tú,  a tu eterno pretendiente.

Yo vigilo el horizonte.
Tú, vuela calma, a mi vera.

Yo te aviso si Él amanece,
Tú, si Morfeo me lleva.

Yo, que en tu esfera me refleje,
Tú, en los ojos de mi Dulcinea.

Volvamos a cabalgar juntos,
Ven, reluce de nuevo, llena.

¡Pues claro que sí!
Pues claro de ti, Luna.
                       (Florentino Menéndez).

'Claro de luna'

(3er. mov. de la Suite Bergamasque)

Así, y con tan sólo 28 años de edad se imaginó el compositor francés Claude-Achille Debussy este bellísimo 'Claro de luna' que pasaría a ser su obra más conocida, aunque hay que decir que no es una obra 'en sí misma', sino que pertenece a la conocida  'Suite Bergamasque', como tercero de sus cuatro movimientos. Como detalle curioso, decir que la obra se estrenó en 1905, quince años después de su creación y que el propio Debussy intentó impedir su nacimiento, pues dudaba de su calidad, comparándola con sus composiciones posteriores. Ya veis.

Dejemos, pues, al buen guerrero deleitarse con su idílico destino y relajémonos unos minutos, quizá unas horas escuchando la herencia que nos legó el joven Debussy y contemplando este otro, y también hermosísimo Claro de luna ('Wschód księżyca') del pintor polaco Stanislaw Maslowski.

'Wschód księżyca' de Stanislaw Maslowski.

Ah, si algún día, o mejor dicho, si alguna noche os apetece ver el amanecer de la luna y preguntarle a ésta por su compañero de viaje, si no aparece, no desesperéis, sólo es que, a veces, se torna un poco... caprichosa. Preguntad entonces a las estrellas, ellas os lo contarán todo.

O no.